martes, 10 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Decima entrega

Capitulo 19

Haber hablado con mi enemigo me había dado mucha información sobre lo que quería, creo que no me arrepiento no haberle matado desde el principio. Me sentía poderosa por haber vencido, aunque sabía que la próxima vez podría ser yo la vencida y que esa vez yo podría quedar muerta. No podía hablarle a nadie sobre lo que sabía pues no me dejarían ni siquiera salir de mi habitación para cualquier cosa porque pensarían que intentaría de nuevo fugarme, y no los culpo porque sé que lo haría. Pero aunque nadie se podía enterar de lo ocurrido tenía que encontrar la supuesta carta que Ald había dejado con mis padres, estaba por completo segura que los ángeles me la estaban ocultando a toda costa. Recordé que hace algún tiempo no hablaba con Gril por culpa de mi desespero, y aunque sabía que lo que hiba a hacer iba a terminar con nuestra relación por completo tenía que encontrarlo y preguntarle donde estaba la misteriosa carta. No podía dejar las cosas de ese modo. Ojala nunca me hubiera pasado todo esto, para poder seguir con mi vida normal, yendo al horrible colegio y estar con mis amados padres. Quisiera tener una vida completamente normal. Justo cuando estaba pensando todas estas cosas de suerte Gril toco a la puerta de mi habitación. Me arregle rápidamente sacando las pocas lagrimas que rodaban por mis mejillas y abrí rápidamente la puerta. Gril iba vestido con su camiseta azul suelta y sus pantalones caquis favoritos. Sentí pena por el por lo que iba a hacer a continuación.

- ¿Necesitas algo?- Dije yo con la barbilla en alto.

- ¿Qué? Más bien la pregunta es esta y es para ti ¿Qué te pasa?- En los ojos de el se notaba su preocupación pero su rostro parecía igual de impenetrable que siempre. Pensé que yo iba a comenzar a llorar en cualquier instante pero me trague mis penosas lágrimas.

- Lo que me pasa es que todo el mundo me está ocultando algo, lo peor es que tu ere parte de ellos. Qué tristeza, mi querido novio me engaña de la forma más cruel que se pueda conocer.- Cruce mis brazos sobre mi pecho para que pudiera sentir mi enfado.

- ¿De qué estás hablando? Yo nunca te he engañado con nada. Pienso que deberíamos hablar por un momento y arreglar lo nuestro pero eres tu quien lo está destruyendo. Por esa razón he venido aquí.

- Estoy hablando sobre dicha carta de que nadie me hablo y que es para mí.- Dije yo exigiendo que me la diera.

- Yo ya te entregue la carta que escribieron tus padres ¿De qué estás hablando? Te has vuelto loca, mujer.- Yo no aguante mas y le grite con toda claridad para que me entendiera.

- ¡La carta escrita por Ald donde hablaba por que mataba a mis padres¡ - Nos quedamos callados los dos por unos segundos que me parecieron interminables pero gracias al cielo Gril fue el que comenzó a hablar.

- No puedo creerlo. ¿De dónde has sacado tanta información? ¿Quien te lo ha dicho?

- Eso no es de tu incumbencia. Yo soy la que tiene derecho a hacer las preguntas aquí.- Recordé la anterior noche donde le había dicho lo mismo a Ald, me sentí una vagabunda por tratarles como iguales al ser que más quería y al ser más repugnante del universo.- Entrégame esa carta ahora mismo.- Gril se había quedado sin palabras, simplemente se dio la vuelta e hizo un gesto con la mano para que le siguiera, yo no había cambiado mi rostro de enfado ni nada por el estilo. Me di cuenta que Gril no me miro en ningún momento, era como si yo no estuviera allí o como si estuviera guiando a un fantasma. Yo sabía que había destrozado su corazón pues el solo había ido a mi cuarto para arreglarnos pero yo le había cambiado por completo los planes. Luego hablaría con el pero primero se me hacía mucho más importante la carta de Ald. Yo arreglaría las cosas con Gril mas tarde.

Llegamos a una habitación subterránea donde estaba llena de ángeles que parecían trabajar sin parar, seguro que allí era donde se buscaban a la raza del sur. Me pareció algo fascinante, tenían unos instrumentos rarísimos que no había visto en mi vida. Gril se detuvo a hablar en voz baja con el guardia que estaba allí aunque yo les alcanzaba a escuchar pequeñas partes como:

- … Ella lo sabe todo… Necesito entregársela… Sabíamos que este día iba a llegar de algún modo… Déjanos entrar. – Solo entendía lo que decía Gril pues el guardia la mayoría de las veces solo movía la cabeza para darse a entender sin hablar. Después de un tiempo el guardia nos dejo entrar y nos guio a una puerta que se hallaba al fondo y la abrió con las llaves que colgaban de su cinto. Gril y yo entramos a un lugar que era hermoso. Completamente blanco, su estructura parecía de alto nivel electrónico (si nos encontráramos en la Tierra porque aquí todo era diferente) y su techo era altísimo. En mitad de la sala se encontraba un ángel que se veía adulto por culpa de su pelo blanco pero en sus fracciones se le veía más joven. Tenía unas enormes alas que podían cubrirlo pos completo, se le veían hermosas.

- Bienvenidos.- Exclamo el mirándonos a los dos.- Bueno, aquí ya había entrado Gril pero tú, muchacha, nunca te había visto por aquí.- Yo no supe que responder y simplemente le sonreí. Cuanto deseaba que en este momento tuviera a Gril apoyándome en lo que estaba haciendo. Pero el estaba actuando como si lo que estuviera pasando allí no fuera con él, el parecía en una nube. – Catalina, tu no deberías estar aquí pero estas en completo derecho al decir que esto es contigo y pedir la carta que nos encontramos esa noche. Tristemente te la entregare. Toda la base habíamos decidido no entregártela para que no sufrieras pero no pensamos en que tú te ibas a dar cuenta o que alguien te iba a decir.- Dijo el mirándome solamente a mí, Gril estaba caminando por todo el lugar mirando las cosas como si estuviera en alguna exposición.- Por cierto Catalina, ¿Supiste que nos dieron la noticia de que el gran príncipe Ald de la raza del sur está muy mal herido? Parece que alguien le ataco desprevenido, ese alguien debió de tener fuerzas mayores a las nuestras, pues, lo dejo por completo desfigurado, seguro quedaran cicatrices.- No lo podía creer, el lo sabía, ahora solo me quedaba esperar a que los ángeles entraran por todos los lados de la habitación y me encerraran en mi cuarto. Este iba a ser mi fin, pero aun así decidí disimular sorpresa.

- No lo puedo creer, debió de ser alguien muy bueno luchando.- Dije antes de pensar, hasta yo misma me sorprendí al escuchar mi voz completamente serena. Gril había pasado su atención a nuestra conversación, se notaba que él no sabía nada de eso. Yo lo fulmine con la mirada pero el no se dio cuenta. Parecía que todo el mundo estaba en mi contra pero no importaba demasiado, descubriría el horrible mensaje que escribieron los de la raza del sur. El ángel se dirigió hacia lo que parecía una caja fuerte pero cuando la abrió solo estaba llena de papeles. Contuve el aliento al ver que se dirigía hacia mí con una hoja de papel arrugada en su mano. Estaba a pocos segundos de descubrir casi toda la verdad.

- ¿Y si no se la damos?- Escuche la voz de Gril a lo lejos pero la escuche.

- Porque yo ya sé que la tienen y tu eres el único que quiere seguir con esta farsa.- Desee de todo corazón que el ángel no hubiera cambiado de opinión y me sentí feliz y relajada al ver que el extendía la carta hacia mí. Yo la cogí con mis dos manos como si fuera mi más grande secreto y dándole las gracias al ángel me marche con Gril. Antes de que el se fuera corriendo a donde sea que siempre iba yo lo retuve contra la pared pero el seguía sin mirarme.

- Lamento que todo esto esté pasando Gril, te juro que no es nada contra ti así que te ruego que luego de esto no me trates como si no existiera porque yo soy real. Sé que en este momento son palabras sin ningún sentido y que Talvez para ti no signifiquen nada pero quiero que sepas que yo te amo más que a cualquier cosa en el universo, por favor entiéndeme que me he puesto paranoica con la situación de mis padres. Perdóname.- Dije yo mientras que le veía a la cara para que me viera pero el no lo hizo durante un tiempo que parecía estar pensando pero luego de unos segundos clavo sus ojos tristes en mí y me beso lentamente, en ese beso pude sentir lo que el sentía y el lo que yo sentía, los dos lloramos juntos por todo lo malo que nos estaba pasando y luego nos despedimos con otro beso, pero esta vez fue uno despreocupado, se parecía a uno feliz pues los dos habíamos encontrado a alguien con quien compartir por lo que estábamos pasando. Corrí hacia mi habitación y me encerré en ella para leer la carta que tenia entre mis manos.



Capitulo 20


Querida mía:



Una lástima total que no hayas venido a la fiesta que organizamos para tus padres, la muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor. Te preguntaras el porqué de la situación y el quien la hizo y te prometo que te puedo responder las dos juntas en este pedazo de papel. Te aseguramos que ya sabemos que eres tú la heredera al trono y la verdad es que no dejaremos de perseguirte hasta que nos lo entregues. No creas que es algo personal, simplemente es algo que nosotros queremos y que tu nos serias de gran ayuda para conseguirlo.



Una nueva era a comenzado, nuestro oráculo ha hablado y el de ustedes también pero ustedes no saben escuchar. En unos meses nos reuniremos para crear la guerra definitiva. ``No hay quien se esconda de la guerra definitiva, todos seguirán un camino que los llevara a ese lugar. No está marcado el día ni la hora ni el lugar, no se preocupen que los dioses se encargaran de eso. Ustedes sabrán cuando y donde es cuando ya estén llegando allí. Solo uno vencerá, el ganador será recibido con vida de los dioses, el perdedor estará en una condena interminable por siglos hasta que deje de ser de utilidad. Esta es la nueva profecía donde los dos mundos sucumbirán.´´



¿Qué significaba que el ganador lo llenarían de vida de los dioses? ¿Quién iba a ser el ganador? ¿Iba yo a ser parte de esta lucha? Esa profecía decía que el destino nos llevaría a el lugar de la batalla así lo quisiéramos o no. ¿Yo también llegaría a ese lugar? Yo no tenía la menor intención de ser parte de una masacre. Tenía miedo. Me levante de mi cama y fui a la sala donde el ángel me había entregado la carta. ¿Por qué todo el mundo quería ocultármela? No es que hubiera sufrido mucho leyéndola, de verdad, al principio me enfade por la mención de mis padres pero ese sentimiento se fue borrando al leer la profecía. Llegue a la habitación custodiada por el enorme guardia y yo no sabía que decirle. Simplemente él se dio cuenta que tenia la carta en las manos y me guio de nuevo a la sala donde (gracias al cielo) aun se encontraba el ángel. El guardia nos dejo solos y yo me senté en una silla pequeña que había a mi lado después de haberle entregado la carta.


- Entonces dime, ¿Quieres hablar sobre la carta?- Pregunto el esperando a que le preguntara cosas de mis padres pero yo no deje nada sobre eso.

- Si, ¿Qué significa que ``El ganador será recibido con vida de los dioses´´?- El se sorprendió un poco de que le preguntara sobre la profecía pero de igual modo contesto a mi pregunta.

- Hace mucho se creía que los dioses tocaban el mundo cada año y el que fuera tocado por ellos recibiría la vida de los dioses, eso consistía en algo así como un don, eso quería decir que el tocado recibiría vida eterna, la inmortalidad. Solo había inmortales cada tanto tiempo, en verdad eran una rareza.

- ¿Cuándo dicen el ganador hablan de toda la raza o solo de el guía de la batalla? ¿Aun hay inmortales? ¿Los dioses siguen concediendo este poder?- Todas esas preguntas confundieron un poco al ángel pero trato de contestarlas en orden, yo me sentí apenada por ser tan insistente pero quería respuestas y el estaba dispuesto a brindármelas.

- No sabría si concederían la vida eterna a toda una raza, habría que esperar a que dicha guerra se lleve a cabo para saberlo, pero si la vida eterna solo es para una persona supongo que la lucha será entre los reyes de las dos razas y que yo sepa solo hay alguien de raza real en este lugar y de esta raza.- Yo. No lo podía creer, era obvio que mi participación ya estaba escrita en la profecía. Yo iba a tener que pelear contra Ald. Eso no era posible. Aunque todas estas dudas me albergaban no detuve lo que me decía el ángel.- Los dioses hace mucho que dejaron de concebir este poder, fue solo al inicio del mundo que ellos bajaban a este plano y lo llenaban todo de vida, hasta hay plantas inmortales, y todas son bellísimas. Todos los inmortales son una especie rarísima, la mayoría cansados de vivir se fueron a las montañas donde los jóvenes van a visitarlos a preguntarles sobre el sentido de la vida, claro que ellos nunca lo van a conocer porque uno sabe cuál es el sentido de la vida justo antes de morir. De hecho tu conoces a uno de ellos. Tu amigo, con el que estabas ayer.- No puede ser ¿Gril? ¿El es inmortal? No podía ser, el me lo hubiera dicho hace mucho tiempo.

- Pero Ald me dijo que todos los de este mundo cuando cumplían una edad específica dejaban de crecer. Haci que todos tenemos inmortalidad ¿No?- Pregunte tratando de crear una explicación buena que me dijera que Gril no podía ser inmortal por ningún motivo.

- Eso es cierto, llega un momento en que dejamos de crecer por muchos años, casi 50 años, pero después de esos años la edad avanza demasiado rápido y cuando menos nos damos cuenta ya estamos con un ala en la tumba. A mí me queda poco tiempo, tengo rasgos jóvenes pero en un año ya estaré usando muletas. La vida se me está escurriendo entre las manos, ya no la puedo detener. Muy pocos tuvieron la oportunidad de ser como Grisel.

¿Grisel? De golpe recordé toda la historia de cómo las razas habían entrado en guerra y en mi cabeza escuche las palabras en eco de lo que hace mucho tiempo nos había contado Gril.

~~El final es que el hermano de Hipólito, Grisel, lo encerró en una caja mágica donde hiba a vivir el resto de sus días en la completa oscuridad. Te interesa, ¿no princesa?~~

No podía creerlo, y todo estuvo siempre bajo mi nariz. Gril-Grisel. ¡Siempre supe que tenía un novio mayor que yo, pero nunca que teníamos diferencias de siglos! Ahora de algún modo me parecía un poco más sexy jajaja. Pero eso significaba que iba a sufrir lo mismo que Bella Swan en la novela de Stephenie Meyer. Y yo que ya estaba cansada de ese temita de muertos vivientes. ¿Qué falta? ¿Qué me digan que Grisel también es un vampiro que odia su condición? No podía ser.
Le di las gracias a ese ángel por haberme llenado de información (cosa que nadie me había hecho nunca) y le prometí que iba a tratar de visitarle a diario porque se veía muy solo. El me dio las gracias por eso, la verdad es que solo los ángeles iban a ese lugar para buscar información (me sentí culpable). Luego de eso me fui corriendo a buscar a Grisel pero lo pensé mejor y regrese a mi habitación, no quería que volviera a pasar lo que sucedió la anterior vez, además ¿Qué me pasaba? Sin darme cuenta me estaba convirtiendo en una de esas novias que todo el tiempo están pendientes de sus novios y que son celosas. Yo no podía ser de ese modo, me parecían horribles las novias controladoras, quizá el me dejara por actuar de este modo. Entre a mi habitación y espere a que Gril se presentara en ella, estaba casi segura de que lo iba a hacer porque ya habíamos casi solucionado lo nuestro. Y tenía razón, a la hora de estar allí dentro el toco a mi puerta. Feliz fui a abrirle rápidamente y cuando el entro cerré la puerta. Nos besamos con cariño pero luego comencé a sentirme insegura. ¿Qué se supone que le iba a decir? Gril se dio cuenta de mi aturdimiento y me sentó en la cama, yo no dije nada ni lo mire.

- ¿Pasa algo malo?- Dijo el lleno de preocupación.


3 comentarios:

  1. ahhhh hasta ay quiero mas lol esta bn prade la novela y interesante simplememnte me encanta!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias!!! Yo amo los comentarios que ponen en cada capitulo, me da motivos para continuar XD
    seguire lo mas pronto posible

    ResponderEliminar
  3. wooooow estooi dessdee haaceee hooras ( 23:59 pm XDD ) espeerando a qe la subieeras y peense q eso seria ya hastaa maañana no sabees lo feliz que me hiciste ;DDD muchaas gracias x tu noveela esta increible!

    ResponderEliminar