domingo, 1 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Tercera entrega


Capitulo 5



Comencé a oír los pasos de la gente a mí alrededor. Sentí como algunos se detenían a mirarme pero seguían con lo que estaban haciendo. Trate de abrir los ojos pero en ese momento era una tarea casi imposible, era como si lo único que respondía de mi era mi conciencia. De repente sentí como alguien entraba a la habitación. Escuche sus pasos fuertes y el eco de estos, seguro estaba caminando en madera. Me obligue a abrir los ojos pero no podía mover ni un poco mi cuerpo.

- Vamos.- Alguien comenzó a tratar de despertarme, era la voz de un hombre muy conocida para mi.- Despierta princesa, tenemos que moverte de aquí.- Aunque recordé quien era ese hombre y que todo el tiempo me había molestado que me llamara de esa manera, pude notar que su voz era totalmente seria y a la vez cariñosa. Intente abrir los ojos, esta vez con resultados. Lo primero que vi fue una luz que era muy intensa, parpadee y luego vi que era luz color verde. Trate de despejarme y todo se hizo mucho más claro. Mire mi entorno, me encontraba en una habitación pequeña donde solo había espacio para una cama y un mueble antiguo. Me impulse a sentarme pero no podía moverme.

- No puedo pararme.- Dije un poco lastimada. Sentía como si me hubieran pegado tanto que me hubiera quedado sin cuerpo.

- Entonces te voy a levantar. ¿Está bien?- Asentí un poco con la cabeza y sentí sus musculosas manos recogiéndome de la cama y cargándome. Apoye mi cabeza en su hombro y junte mis manos. De cierta forma me sentía protegida. Cuando salimos de la habitación muchas personas que no había visto nunca y que estaban cargados de papeles se detuvieron a verme. El hombre misterioso entro por un pasillo que tenia la misma luz verde que la habitación, todo me hacia recordar al mar. No había ningún decorado en las paredes, simplemente eran blancas pero se veían verdes por la luz.

- Ya casi llegamos Catalina, tranquila que lo que sientes solo es temporal.- Nuestro lugar de destino era una habitación mucho más grande que la anterior y mucho más hermosa. En medio de todo el cuarto se hallaba una cama que parecía para 4 personas, las paredes estaban decoradas de manera que se veían antiguas. Al lado derecho había un baño y se encontraban varios muebles, tan grandes que cabria la ropa de toda una tienda. Ese hombre me deposito en medio de la cama. La luz que la habitación no era verde si no que azul. El se quedo mirándome mientras que yo solo observaba la habitación.

- ¿Puedo preguntarte algo?- Dije con voz ronca. El me sonrió con cariño y me aparto un cabello de mi rostro.

- Para eso estas aquí. ¿No?- Yo asentí con la cabeza. Quise reír un poco de lo que había dicho pero me di cuenta que apenas podía pronunciar unas palabras. Y eso era justo lo que necesitaba.

- ¿Cómo puedo llamarte?- Parece que mi pregunta le tomo por sorpresa porque puso sus ojos como platos. Supongo que estaba esperando escuchar algo como: ¿Dónde estoy? o ¿Que me está pasando?

- Eh... Si quieres puedes llamarme Gril cuando estemos los dos pero si estamos con alguien más simplemente llámame jefe.- Me molesto que lo tuviera que llamar como a un superior pero antes de que fuera a replicarle algo alguien entro al cuarto llamándome.

- ¿Cata?- Reconocí su voz al instante. Me puse feliz al ver que en verdad era Laura, que estaba sana y salva en este extraño lugar.

- Yo las dejo solas.- Dijo Gril.- Recuerden que esta noche a las 8 en punto tienen que estar en la sala de entrenamiento, no te preocupes Catalina que Laura sabe donde es.- Gril o mi jefe dejo la habitación en cuestión de segundos sin antes recoger un par de cosas que tenía en un armario. Cuando Laura y yo estuvimos solas nos abrazamos como nunca antes habíamos hecho.

- No puedo creer que hallas demorado tanto en despertar.- Me dijo Lau sentándose en la cama. Trate de sentarme y note que mis brazos y piernas comenzaban a responderme.

- ¿Que paso Laura?- Dije con desesperación pintada en los ojos pero ella no la noto, simplemente se preparo como si estuviera a punto de contarme el gran chisme del año. Podía ver todo su entusiasmo por como hablaba y movía las manos.

- Ojala no te hubieras desmayado, todo estuvo de película. Resulta que el Jefe tiene poderes y nos trajo a un mundo todo misterioso, el dijo que hoy nos hiba a explicar entonces no me comiences a preguntar por eso.- Dijo un poco preocupada pero luego volvió la emoción.- Resulta que en el viaje todas perdimos muchas energías pero tú fuiste la que mas perdió y por eso es que te sientes tan mal. Justo cuando llegamos a este lugar le dijiste al Jefe que te sentías muy mal y le vomitaste encima y luego simplemente caíste y perdiste el conocimiento.- Dios mío, yo no me acordaba de que todo eso había sucedido, me imagine la escena de Gril teniéndonos a las tres en sus brazos y luego recibir una ola de vomito en toda su ropa. Me sentí muy mal por él, me prometí que me tenía que disculpar con él en cuanto lo viera.- Luego nosotras no tardamos mucho en desmayarnos igual que tú, pero nosotras despertamos hace días. Primero todo fue muy confuso pero luego solo quería verte, ellos no me dejaban entrar a tu habitación hasta que despertaras.

- ¿Hace unos días? ¿Cuantos días llevo en cama?- Pregunte alarmada.

- No lo ce, probablemente 20 o 25 días. No llevo la cuenta.- De lo sorprendida que estaba lo único que quise en ese momento fue levantarme de la cama y caminar por horas. Pero sobretodo buscar respuestas. Con la revelación que me hizo Laura me levante casi de inmediato de la cama. Ella no se opuso porque sabía lo que yo sentía. Me acerque al espejo más cercano que tenía que era uno de cuerpo entero como el de mi habitación en la casa de mi madre y observe como estaba de descuidada. Mis rizos caían hacia abajo, se veían grasientos y completamente secos. Mostraba unas enormes ojeras a pesar de todo lo que había dormido y olía bastante mal. Me habían puesto una bata amarilla la cual no combinaba con nada en ese lugar y que llegaba hasta los tobillos.

- Mejor te dejo sola para que te arregles un poco. En el baño te colocaron 5 botellas con shampoo y jabón. Luego vengo a recogerte y vamos a la sala de entrenamiento.- Yo asentí con la cabeza y cuando Laura cerró la puerta yo enseguida le puse llave. Me deshice de la horrible bata y revise todo mi cuerpo. Era lo que siempre hacia después de una excursión a lugares como selvas y bosques donde hiba con mis padres. Lo primero que caí en cuenta fue que en mis rodillas y codos tenia morados que señalaban cuando me había caído al desmayarme y también note que había adelgazado unos cuantos kilos por el hecho de no comer en todo un mes. Entre al baño y me sorprendió lo bonito y limpio que era. La tina era redonda y tan grande y honda que podía asemejarse a un jacuzzi gigante. Prendí el agua caliente y cuando se lleno la tina me recosté en ella. El agua cubría todo mi cuerpo y lo rejuvenecía. Cerré mis ojos y disfrute de este descanso. Después de casi dos horas alli me lave el cabello y me lo peine. Me puse tanto shampoo que ya lo tenía tan saludable como antes. Cuando termine de bañarme salí del baño y abrí los grandes armarios para ver si conseguía ponerme algo cómodo. El primero que abrí mostraba ropa (¿cómo decirlo?...) poco apropiada para mi edad. El segundo tenía ropa enorme y me di cuenta enseguida para que era. Solo la hiba utilizar cuando me convirtiera, o como me gustaba decirlo, cuando mutaba. Y el tercero tenía el tipo de ropa que yo usaba diariamente. Me puse unos jeans y una camiseta pegada. Solo en ese momento que me mire al espejo note que mi adelgazamiento me había sentado muy bien. Si no estuviera pensando en otra cosa que no fuera descubrir que estaba pasando me habría sentido como una modelo que siempre sale en revistas.

Capitulo 6




Dos horas después de haberme vestido Lura toco mi puerta. Cuando la abrí note que ella también había cambiado de ropa.


- Tú tienes mucha suerte. Te dieron una habitación en verdad hermosa. Ojala la mía fuera igual.- Me sorprendí al saber que nuestras habitaciones eran diferentes.- Para llegar a la sala de entrenamiento vamos a pasar por mi cuarto y el de Elena. Espero que no te moleste que tengamos que hacer esas dos paradas. Tengo que buscar una cosa en mi cuarto y luego llamar a Elena.- Yo asentí complacida. Aun no podía hablar por completo normal, me sonaba la voz ronca cada vez que pronunciaba alguna frase, entonces procuraba no hablar mucho.


Cuando llegamos al cuarto de Laura me di cuenta que ella tenía toda la razón. Su cuarto era diferente al mío. Más o menos era el mismo espacio de la habitación donde había despertado y no tenía ninguna decoración en las paredes pero aun así me parecía precioso. Lo único que mi cuarto y el de ella tenían igual eran los tres armarios y el color de la luz. Pensé que más tarde me cambiarían a una habitación como esta, seguro que una habitación como la que tenia era temporal. Laura me aviso cuando ya estaba lista y fuimos al cuarto que le habían asignado a Elena. Desde afuera de su cuarto se oía música rock a todo volumen. Llame a la puerta pensando que no me escucharía pero en vez de eso quito la música y abrió. Quede sorprendida cuando la vi, pues se había cortado el pelo desde la última vez que nos vimos (que fue cuando me desmaye), lo tenía más arriba del hombro, si no la conociera diría que ella era una cantante de rock puro. Ella había mesclado la ropa de los tres armarios. Se había colocado una camiseta manga larga negra y enzima un corsé que rebelaba su apuesta figura (seguro que lo había sacado del armario que yo marcaba como ropa no apropiada por lo que en ese armario habían cosas que me daban vergüenza total aunque estuviera sola.


Yo note a Elena más alegre de lo que nunca le había visto, me saludo con una sonrisa y todo, creo que me traume un poco por eso.


Cuando estábamos llegando a la sala me entro un poco de pánico. No tenía ni idea de lo que nos pondrían a hacer o que cosas hiba a preguntar. Entramos y lo primero que vi fue a Gril, sus ojos se le veían un poco más grandes de lo normal, se veían hermosos. Me di cuenta de que me había detenido con la boca abierta mirándolo cuando Laura me comenzó a empujar. Avergonzada salí del trance que me había provocado.


- Buenos días niñas.- Dijo Gril de un tono alegre.


- Buenos días Jefe.- Respondieron Elena y Laura. Yo no estaba segura de que hacer entonces simplemente me senté en unas sillas que estaban adelante de él. La sala de entrenamiento era enorme, parecía más grande que un estadio que casi igual de alto que una casa de 5 pisos. Allí no había ningún tipo de color en la luz, simplemente era blanca como las del colegio. Cuando todas estábamos sentadas Gril comenzó a hablar.


- Bienvenidas a mi planeta, Siete.- Me sorprendí que el mundo se llamara de esa manera, ¿quien le pondría a un mundo Siete?- En estos días han descansado en nuestro cuartel llamado igual que este planeta. Espero que se acuerden de la historia que les había contado sobre los ángeles y seres malvados, aunque entendería que no, ese día estaban más pendientes de la puerta que de mis palabras.- Señalo sonriendo.- ¿Se acuerdan de lo que les conté?- Si, lo recordaba. Un mundo en guerra donde los ángeles habían vencido a los malvados y los habían llevado a la Tierra junto con unos ángeles guardianes quienes protegerían ese nuevo mundo de los malvados. Me sorprendí cuando todas asentimos. Seguro que esa historia no se borraría tan fácil de una mente.- Muy bien, por lo menos no están mal de memoria. Si se preguntan porque esa noche se convirtieron en ángeles - ¿ángeles? ¿Eso era un ángel? No podía creerlo, esa noche yo parecía mas un demonio que un ángel.- fue que cuando nuestros antecesores enviaron a los mejores guerreros ángeles solo llego a la Tierra las almas de ellos, sus cuerpos no habían podido atravesar por completo el portal. Fue cuando nos dimos cuenta que entonces el enemigo también le había pasado lo mismo. Desde entonces los malvados decidieron tomar el cuerpo de unos humanos e iniciaron una tribu. Cada vez que moría uno el espíritu del malvado entraba en un bebe recién nacido de la tribu. Haci sucesivamente fue multiplicándose el número de la tribu hasta que formaron una corporación a espaldas de nuestros ángeles enviados que estaban haciendo lo mismo. Los malvados cansados de ser marginados del mundo por culpa de los ángeles comenzaron a cazarlos. Fue haci como la guerra nunca acabo. Cada noche la raza del sur y la raza del norte salen a buscar a sus contrincantes para acabar con ellos. Por eso ustedes son especiales. Cada 100 años nacen tres como ustedes, con sangre de ángel, la verdad es que es la primera vez que son tres mujeres.


- ¿Entonces somos ángeles?- Pregunto Elena.


- Exacto.- Elena y Laura bajaron la cabeza sin atreverse a decir nada más pero yo no guarde silencio.


- ¡Pero somos horribles!- Casi grite y me di cuenta que había cometido un error en decir aquellas palabras.


- ¿Que esperabas?- Exclamo Gril con voz de enfado.- Ustedes son ángeles no modelos. - De repente recordé como me había sentido por un momento al verme al espejo hace unas horas.- Aunque muchas mujeres de nuestra raza prefieren cambiar de forma.- Aseguro Gril, esta vez de una forma más tranquila.


- ¿Cambiar de forma?- Pregunto Laura mirando el rostro de Gril buscando algún signo de que su pregunta no le había causado ningún enfado. Gril antes de contestar dio un suspiro.


- ¿Ustedes se dieron cuenta cuando se convirtieron, en vez de pies eran una especie de babosas? Pues de eso es lo que están hechos los ángeles, eso ayuda q que curemos nuestras heridas mucho mas rápido, a movernos con mayor agilidad y también a cambiar de forma cuando hay algún humano cerca que nos pueda ver. Las mujeres de nuestra especie utilizan eso para verse más atractivas, en casos anteriores a ustedes habían chicas que antes de ir a la escuela se transformaban en ángeles y cambiaban de forma, pero eso tiene un límite de tiempo, dura solo 4 o 5 horas, después te vuelves a tu forma original de ángel, eso era muy peligroso, por eso lo prohibimos. Solo ángeles bien entrenados puede hacer ese tipo de cosas porque les duran mucho más tiempo. -Yo estaba sorprendida de lo que acababa de escuchar, ¿Podía ser hermosa convertirá en esa mutación? Seguro que le voy a sacar provecho a esa parte de mi mutación.


- Yo creo que es genial como me veo cuando me convierto en ángel, es hermoso de pende de la manera en que no veas.- Dijo Elena que parecía la más animada a la conversación.


- Que gusto, hay muy pocas mujeres como tu.- Dijo volteándose a mirarme, yo simplemente lo ignore. No tenía suficiente ánimo como para iniciar una discusión. De pronto el miro su reloj y sonrió.- Muy bien, lo quieran aceptar o no chicas faltan 20 minutos para que sean las 9:00pm.-En ese momento entre en pánico, hiba a volver a convertirme en esa cosa tan horrible. Recordé todo el dolor que había sentido y me levante de la silla dispuesta a correr, estaba totalmente aterrorizada. Gril se dio cuenta de mis intenciones y antes de que yo iniciara a correr sin ninguna coherencia el salto hacia a mí y me recostó a la fuerza en el piso. Yo no dejaba de moverme para intentar zafarme y echar a correr a donde fuera, detestaba la idea de volver a mutar. Con magia que yo sabía que el tenia cerró la puerta de la sala y me sostuvo contra el piso todo el tiempo mientras les daba instrucciones a mis amigas sobre cómo hacer todas las noches antes de la transformación, todo eso hiba a quitarles el dolor por completo pero yo no escuchaba, simplemente sentí mi corazón a mil y la voz de fondo de Gril.


- Catalina, no tienes por qué tener miedo, tranquilízate.- Me decía el, pero yo no podía tranquilizarme. De un momento a otro sentí un dolor en la espalda más fuerte que el de la anterior vez y mis alas salieron de mi espalda automáticamente haciéndome heridas por todo el cuerpo. El dolor era insoportable. Yo no deje de gritar ni un instante hasta que por fin mi cuerpo dejo de mutar. Esta transformación había sido demasiado brutal, hasta Gril lo sabía porque mando a llamara a unos médicos. Sentí como mi sangre escurría por mi espalda y llegaba hasta mi pecho y cadera. Me levante tapándome mis senos con mis manos, pues mi ropa había sido destruida en la transformación. A la sala habían llegado miles de personas que me miraban complejos. Yo simplemente estaba tranquila. Todos los que estaban allí me miraron con un poco de respeto, hasta mis amigas. Me di cuenta de pronto que ellas eran ángeles normales, igual que todos los que se encontraban en la sala, todos acepto yo. Ellos tenían una altura normal, mis amigas tenían la estatura que siempre tenían, en cambio yo era de 3 metros de altura.