sábado, 28 de agosto de 2010

Los cinco elementos. (Entrega numero 16 segunda parte.)

Capitulo 32

Parecía que mi forma de ser hiba mejorando conforme a los días que pasaba nuevamente junto a Gril, llegue a un punto en que una parte de mi consciente aprendió a dejar de comparar a los dos amores de mi vida en todo y aprendí a dejar de preocuparme por la situación tan grave en la que estaba, mi destino se hallaba en este momento a la decisión de una cuerda floja. Me pasaba toda la mañana con Laura, volviendo a reconciliar la amistad tan bonita que teníamos, me pasaba un poco de la tarde con Elena, descubrí que le gusta que le pregunten sobre su música y sobre libros antiguos, y me pasaba toda la noche con Grisel, algunas veces hablábamos de nuestros problemas, de lo mucho que nos queríamos y algunas veces no hablábamos. Gril era mi cura temporal para la grieta que tenía mi corazón por estar tan alejada de Alejandro, claro que cada día que pasaba me hiba concentrando mas y mas en Grisel, hasta que un día fue como si se me borrara de mi mente lo que tenía con mi precioso Ald. Lo lamento, en verdad siempre he sido muy fácil y nunca lo he podido creer. Una noche que venía del entrenamiento con armas entre a mi cuarto y descubrí de nuevo a Gril esperándome, esta vez tenia puesta una camisa blanca y unos jeans que lo hacían ver demasiado bien.

- Hola, ¿Desde cuándo me esperas en mi propio cuarto?- Pregunte yo sentándome a su lado. El volteo a mirarme con sus ojos que tanto me llenaba y paso su mano musculosa debajo de mi cabeza para abrazarme.

- Desde que entendí que en cualquier momento te puedes ir de mi vida para siempre.- Esto me lleno de lagrimas los ojos, ¡Cuánto estaba sufriendo Grisel por mi culpa! Entendí que mis decisiones no solo me estaban afectando a mi si no que o los que estaban a mí alrededor, que estúpida he sido. Le cogí su barbilla con mi mano derecha obligando a que me mirara otra vez a los ojos y descubrí una pequeñísima lagrima corriendo por su mejilla, me acerque mucho mas a él y nos besamos con toda la ternura colectada del universo, fue un beso lento y luego apasional, en un momento no pude evitar pensar en Alejandro pero no me importo, este momento era solo de Grisel y yo. Me estrecho demasiado hacia él y con su mano derecha me acariciaba el cabello que me había crecido hartísimo.- Por favor, no me vuelvas a hacer esto, yo estaría mucho mejor si me dijeras cuando te vas y porque, me sentiría mejor si supiese que estas feliz en otro lugar o… c. con alguien más.- Me sorprendió lo que estaba diciendo y mis lagrimas escurrieron por mis mejillas.

- ¿Cómo puedes decir eso amor mío? Ya te dije una vez que no te dejaría por nada en el mundo. Eres mi razón de existir y la fuerza que me ayuda a levantarme.

- Por favor no te vayas de aquí, no sé qué hacer, sin ti no puedo vivir.- Nos entrelazamos y quedamos perfectamente unidos, lo amaba y nada podría cambiar lo que sentí por él. Ojala esto lo supiera todo el mundo y lo entendiera.



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La alarma de la base nos despertó a los dos, solo hace unas pocas horas nos habíamos dormido, yo no sabía que estaba pasando y todo me parecía muy confuso por la sencilla razón de que me habían despertado y yo odiaba que me hicieran eso porque parecía drogada. Lo único que veía eran luces rojas que se encendían y apagaban por todo el lugar.

- Catalina, despierta tenemos que ir.- Dijo Grisel alarmado mientras que buscaba su ropa y se vestía, en cambio yo no podía reaccionar. El se dio cuenta de eso y empezó a ponerme el mi ropa, también me recogió el cabello en una coleta y me ayudo a levantarme, ¿Qué estaba pasando? ¡Quiero estar en mi cama ahora mismo! Grisel me llevo por los pasillos mientras que yo iba encontrando de nuevo mi consiente y comenzaba a despertarme en su totalidad. Cuando llegamos al centro de la base todos los ángeles que estaban allí se encontraban preparándose para algo que claramente no sabía que era. Grisel se convirtió en ángel y yo también hice lo mismo, yo solo hacia todo lo que él hacía. El corrió hasta el final del lugar y se encontró con el ángel que sabía todo sobre mi infidelidad, no podía creerlo, ¿Qué tal que el le dijera todo a Grisel? Para asegurarme me coloque a su lado.

- ¿Qué rayos está pasando?- Pregunto Grisel en voz alta para que le pudiera oír.

- Todos los espectros se han reunido, completamente todos los grupos y sabemos donde están, es imposible que desaprovechemos una oportunidad tan grande.- Se volteo a mirar me y me sonrió con malicia.- Princesa, tu también tendrás que venir con nosotros, alístate.- El se fue corriendo y Gril y yo nos quedamos en shock, estaba súper asustada y aunque no veía casi nada sentí como mi amor me miraba y como las lagrimas no dejaban de escurrirme por el rostro. Nos dimos un enorme abrazo y lloramos, sabíamos que de pronto no podríamos volvernos a ver nunca más. Y aunque Grisel sabía todo eso había algo que él no sabía, que solo sabíamos los que habíamos leído la carta de Ald: La profecía ya escrita.

viernes, 27 de agosto de 2010

Los cinco elementos. (Entrega numero 16 primera parte.)

Capitulo 31

Llegamos solo en unos minutos a la base donde los líderes del lugar me estaban esperando viéndome con su rostro totalmente rígido e inexplorable. Yo simplemente los observe a todos con calma, no estaba nerviosa ni tampoco asustada. Me sentía mucho mejor que nunca lo había hecho, mi voz interior me decía que me estaba comportando como una prostituta, queriendo a uno y acostándome con otro pero creo que me hacia bien en algún modo, que bajo había caído en mi vida pero ya no importaba, me sentía más fuerte que nunca aunque estaba rodeada de ángeles de mucha más experiencia que yo y aunque me tenían amarrada con unas cadenas en las muñecas. ¿Sera que descubrieron que yo estaba en una relación con Alejandro? No me importaba en absoluto, ojala que todo el mundo lo supiera, quería gritárselo a todos los seres vivos en el universo. Me llevaron sin decirme ni una palabra a un cuarto muy apartado de la base, era totalmente blanco y no tenía ningún tipo de decoración, simplemente tenía cinco sillas en las cuales me sentaron en una, los demás líderes que eran cuatro se sentaron al frente mío. Cerraron la puerta con llave y nos quedamos un rato largo viéndonos fijamente, ellos tratando de buscar respuestas sobre mí y yo tratando de mostrarme totalmente superior y fuerte, me sentía muy segura de mi misma pero menos mal una parte de mi me detenía a decir cosas que no tenía que decir como que Ald y yo somos pareja o algo parecido.

- ¿Dónde has estado?- Pregunto uno mientras fumaba un cigarrillo que había sacado de su elegante vestimenta. Me hubiera gustado decirle algo como: ¡Que te importa! Pero si quería salir de esta tenia que colaborar con ellos.

- Me la he pasado la noche al lado de una casa abandonada.- Ellos no me miraban ni de reojo, y aunque sabia que toda su concentración era dedicada para mi, yo me sentía como un fantasma, como si me encontrara de sobra en ese lugar. El angel que me había hablado hizo un movimiento con la mano derecha para que yo le continuara hablando, para que le contara algo mas especifico. Suspire y baje un poco la mirada pues estaba muy cansada.- Estaba espiando al enemigo mayor, al que ustedes le dicen Ald.- De repente este hombre hecho a todos de la habitación y cerro la puerta con llave apagando todos los micrófonos y cámaras ¿Qué hiba a hacer ahora? El se volvió a sentar en su asiento y apago su cigarrillo recién empezado.

- ¿Ustedes le dicen? Entonces como le dices tu a esa criatura, ¿Alejandro? ¿Espectro?- Yo agache mi cabeza tratando de comprender un poco cual era su punto, deje que siguiera hablando después de que hizo una enorme pausa.- ¿Amor?- Se me pusieron los pelos de punta ¿Cómo lo había adivinado? ¿Acaso ya lo sabía toda la base? ¿Me hiba a asesinar? Todas estas preguntas se me pasaron al tiempo por la mente, sentí como de repente me palidecía y me sentía débil. Nos quedamos cayados por un rato hasta que ese elegante hombre acerco demasiado su silla hacia mi y me comenzó a hablar en susurros casi audibles para un mortal.

- Ten mucho cuidado, esta vez fui yo quien descubrió tu vergonzoso secreto pero mañana podría ser todo este mundo, las personas que mas quieres, el respetado Grisel.- Se me vino a la mente la imagen de su hermosa sonrisa llenando todo mi ser e iluminando mi vida por completo, me di cuenta de cuánto lo extrañaba a mi lado, después de esta conversación (si salía viva) hiba a verle.- Pero no te preocupes que yo no gano nada contándole a todos que la reina de los ángeles está saliendo con el rey de los espectros y que además de eso está engañando a uno de los pocos respetados inmortales. En realidad yo no gano nada con eso, pero quiero que te quede una cosa bien clara: No lastimes a Grisel o te hundirás mucho más de lo que crees, no dejes que se dé cuenta de el mercado que le estás haciendo a tu cuerpo y a tus sentimientos.- Yo me quede mucho mas muda de lo que me encontraba al principio y ese ángel se levanto e hiba a salir de la habitación cuando lo detuve.

- ¿Esto es todo? ¿Ya me puedo retirar? – El asintió con la cabeza y me sonrió maliciosamente. Me quede un rato más largo allí sentada sin poder creerme todo lo que había pasado, primero era un milagro que él no me hubiera matado y segundo era increíble como se había dado cuenta de todo. Salí casi corriendo del lugar y fui directo a mi habitación, lo cual hizo que me sorprendiera aun mas cuando en la entrada me di cuenta de que Grisel estaba astado en mi cama leyendo un libro, cuando el noto mi presencia corrió a abrazarme, su abrazo no fue normal, sentí como me quedaba sin respiración por lo fuerte que era.

- Estaba muy, muy preocupado por ti estrella.- Menciono el besándome varias veces la frente, yo no sabía qué hacer, simplemente le escuchaba y me quedaba quieta.- Por favor nunca más me vuelvas a dejar de ese modo, yo no podría seguir viviendo sin ti a mi lado. Te amo.- Cada letra que le escuchaba pronunciar era un puñal enorme en mi corazón que no dejaba de sentirse culpable por el enorme engaño que se desbordaba por todo mi ser. Colgué mis brazos en su cuello (aunque con mucha vacilación) y le acaricie el cabello que tenía un poco largo.

- Yo también te extrañe hartísimo.- Dije yo dándome cuenta de que decía totalmente la verdad, lo había necesitado todo el tiempo a mi lado, pero no me di cuenta por estar soñando despierta todos los días con Ald. Contemple sus enormes ojos grises que me hacían sentir en un mundo perfecto y me encanto lo que vi en aquellos ojos, era como una mescla entre una ternura infinita, más un amor infinito y más un poco de timidez. Los dos juntamos lentamente nuestros rostros, pues no estábamos ni un poco seguros de lo que estábamos haciendo pero cuando sus hermosos labios se posaron en los míos volví a sentir toda la fuerza que me atraía hacia él. Necesitaba de Grisel todo el tiempo, no podía dejarlo nunca por alguien más, pero también amaba en el alma a mi hermoso Alejandro.

Gril y yo estuvimos juntos toda la tarde hablando de nuestros gustos y pasándola súper bien todo el tiempo, muchas veces nos besábamos y abrazábamos cuando hacíamos una pausa de hablar. Nos recostamos en la cama cuando ya era demasiado tarde y vimos las estrellas por la ventana que tenia la habitación. Entrelazamos nuestras manos y no hablamos y no nos movimos pero fue un momento supremamente mágico. Todo lo veía a colores marcados y con mucha música.

viernes, 20 de agosto de 2010

Los cinco elementos. (Entrega numero 15. Segunda parte.)

Capitulo 30



Caminamos un largo rato hasta que llegamos a un elegante restaurante, las mesas tenían unos hermosos manteles blancos y sus paredes estaban decoradas con unos retratos de personas famosas. Era increíble solo por el hecho de que iba a comer con Alejandro y porque todas las chicas me miraban con celos, era bastante gracioso. Como todo el caballero que era Ald corrió mi silla para que me pudiera sentar y llamo al camarero, este acudió casi en seguida a nustra mesa.

- ¿Quieren pedir algo ahora? ¿O quieren algo de beber?- El señor que nos estaba sirviendo esa noche era un hombre joven, muy delgado y alto, parecía sacado de una caricatura de Tim Burton, también me parecía muy gracioso.

- Por favor dos copas de vino, luego pedimos algo de comer.- El camarero se retiro casi en seguida y entro a la cocina con nuestra orden, más bien la orden de Alejandro.

- ¿Por qué pediste eso? Yo no bebo alcohol.- Exclame yo, no podía creer que hubiera hecho eso, la verdad me molestaba un poco cuando las personas pedían por mi y hacían cosas por el estilo. Pero no me podía poner molesta con Alejandro, el era tan perfecto.

- ¿Tu no bebes? Pensé que lo de la noche en que hablamos había sido licor. ¿Me engañaste?- Los dos nos reímos recordando todo lo que habíamos tomado la última vez en mi antigua casa. El tenía toda la razón, yo si bebía, y más de lo que yo misma pensaba. Supuse que una copa no me vendría mal y además que tampoco me haría daño. El rostro de mi amado se torno serio de nuevo y me miro a los ojos, creo que ya me estaba acostumbrando a sus cambios de ánimo aunque nunca lo iba a hacer por completo.- Me encanta verte sonreír, sobre todo si soy yo quien te da la razón para sonreír.- Dijo el mirándome como si estuviera observando el tesoro más grande del universo.

- A mí también me encanta verte sonreír, lastima lo poco que lo haces. Ojala pudiera ver por mucho más tiempo esos blancos y hermosos dientes que tienes.- El sonrió y se rio por mi conclusión. Antes de que Ald pudiera contestarme llego el camarero con una botella muy normal de vino y con dos copas en su mano derecha. Abrió la botella y nos sirvió un poco, luego regreso a la cocina. Mi tesoro acerco la copa a su rostro y simplemente olio el vino que tenía servido.

- Que delicia, Abadía de Retuerta Selección Especial. Seleccionado como el mejor vino tinto del mundo en el International Wine Challenge 2005, competían 9.400 vinos.- Hiso una pausa tomando su primer sorbo al vino e hiso un gesto que se me hiso irresistible. Si, le encantaba ese vino.- ¿Sabias eso?

- No, pero veo que tu sabes mucho sobre eso ¿No?- El rio y asintió con la cabeza, su hermoso cabello castaño oscuro brillo por las enormes luces que había en cima de nuestra mesa.- Supongo que si en el futuro quiero establecer una conversación contigo me tocara comenzar a estudiar de licores y de las demás cosas que te gustan.- A él le causo gracia y de nuevo rio. Nunca lo había visto reírse tantas veces en tan poco tiempo, nunca olvidaría este día solo por esa razón. Le di un sorbo a mi vino y como esperaba era una delicia para mis sentidos. Cuando deje de nuevo la copa note que Alejandro me estaba mirando fijamente y nos quedamos de ese modo por un largo rato. Deje de escuchar las voces que estaban a mi alrededor y de ver todo lo que había a mi alrededor. Ald hiso un gesto con su mano derecha diciendo que nos íbamos y yo como un robot programado me levante del asiento de inmediato. Dejamos unos billetes por el vino y no lo llevamos. Alejandro me llevo de la mano por muchos caminos que me hubieran parecido eternos si no fuera por la conversación que manteníamos los dos y por mi concentración en todas las luces que iluminaban el lugar. Después de un rato muy largo caminando llegamos al frente de una casa que era pequeña a comparación de las que había a los lados y Ald me abrió la puerta de esta haciéndome pasar al interior. No murmuramos ninguna palabra desde que habíamos llegado al lugar. Entre en la salita que había y me fije en los detalles que le habían puesto en tiempos remotos y que ahora se habían deteriorado demasiado. Camine por todo el lugar observando el primer piso del lugar y aunque parecía concentrada en los detalles en realidad mi mente estaba del otro lado de la habitación sintiendo como Ald me observaba detenidamente, me sentía como un ratón de laboratorio y otra vez como si su mirada quemara toda mi ropa. Gire lentamente hasta encontrarme con su mirada que me provocaba a hacer lo indebido todo el tiempo y con sus hermosos labios carnosos que me pedían a gritos que los besara. El se acerco a mi lentamente y poso sus labios sobre los mios. Siempre pensé que al besar a un chico ``malo´´ iba a sentir frio, pero en cambio sentí calor, un calor sofocante y él se dio cuenta. Se deshizo de la camiseta que yo llevaba puesta y también de la de él. Nunca pensé que me pondría de esta manera en mi vida pero la presencia de él había logrado enloquecerme por completo. El me alzo mientras que nos seguíamos besando y tocándonos y con la increíble fuerza que el tenia subió las escaleras de la casa y me llevo a un cuarto pequeño y me recostó en la cama. Diría que fue con suavidad pero no recuerdo ni me importaba en ese momento, quería que él estuviera tan junto a mí que me lastimara, quería que nos volviéramos uno solo y me alegre cuando ya desnudos entre las sabanas blancas descubrí que nos volvíamos uno solo. Nuestros cuerpos encajaban perfectamente, igual que nuestras mentes. El único testigo de lo que paso esa noche fuimos nosotros dos, esa antigua casa y la majestuosa luna llena que se alzaba sobre nosotros en un hermoso cielo estrellado.


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Al otro día desperté desnuda en brazos de Alejandro que me miraba fijamente mientras que jugaba con un mechón de mi cabello que caía por mi espalda desnuda. Nos sonreímos y nos besamos juntándonos aun más. Nos quedamos de esa manera por un largo rato hasta que recordé algo súper importante y que había olvidado por ser tan tonta: Yo estaba en una cacería y no había vuelto con el grupo a la base, seguro que me estaban buscando en ese momento. Ald noto mi resiente preocupación y se levanto un poco para poderme mirar mejor.

- ¿Pasa algo malo?- Yo lo mire a los ojos y vi preocupación en ellos, me dieron ganas de abrazarlo por lo tierno y lindo que era pero me controle.

- Deben de estar buscándome los de la base.- Cuando Alejandro entendió lo que acababa de decir de inmediato nos levantamos de el lugar y nos vestimos. Tratamos de irnos de allí lo más rápido posible porque entre más tiempo estuviéramos en ese lugar había mucha más posibilidad de que nos encontraran. Salimos muy rápido de el lugar aunque con cuidado para ver si notábamos algún ángel y lo peor es que si sentíamos que ese lugar estaba poblado de ellos ¿Qué íbamos a hacer ahora? Caminamos rápidamente hacia el restaurante de anoche y planeábamos que íbamos a decirles a todos, más bien que le iba a decir yo a todos, Alejandro no tenia que explicarle nada a nadie, el si tiene suerte. Decidimos que iba a contar que me había quedado espiándolo toda la noche pero que no había averiguado nada importante. Fue solo una idea rápida, no pudimos pensarlo por mucho tiempo y nos despedimos con un corto beso pero que había sido igual de dulce que los otros. Camine hacia un parque donde sentía más a los ángeles y me senté allí esperando a que me encontraran, como lo pensaba no dure mucho tiempo allí sola y lo primero que hicieron ellos, antes de hacerme ninguna pregunta fue casi a la fuerza llevarme de vuelta a la base. Nadie pronuncio ninguna palabra durante el viaje y yo me sentía como nunca antes, era como si hubiera encontrado la paz de mi alma y como su hubiera madurado y salido a la luz, cuando en realidad seguía en el agujero que yo sola había creado.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Los cinco elementos. (Entrega numero 15. Primera parte.)

Capitulo 29

Pasaron las horas que se convirtieron en días y estos en meses y estos en desesperación total, no era mi culpa extrañar a Ald con todo mí ser. Algunas veces me sorprendía a mi misma soñando despierta con sus cálidos y apasionantes besos o con sus carisias. Los deseaba más que a cualquier cosa que pudiera imaginar. Por estas razones no me permitía estar mucho tiempo cerca de Grisel pues el ambiente era demasiado tenso, yo sabía que él lo notaba pero no decía nada. En resumen le dije adiós en secreto a los besos, carisias y sentimientos de Gril para darle la bienvenida a algo nuevo que no era para nada real: Los recuerdo en mi mente de la piel de Alejandro cuando se juntaba con la mía, su dulce pero sabia voz acariciando mis oídos por todos sus rincones, sus ojos tan dulces como el chocolate que me ofrecían de el cada vez que me quemaba con su mirada. Estaba completamente llevada por mi flechazo con mi nuevo tesoro, y si me preguntaran en este momento diría que sí, me sentía muy adolorida por echar a un lado a Grisel después de todo lo que habíamos compartido juntos y habíamos sentido. Pero ¿cómo le iba a decir en ese instante que ya no le amaba? ¿Cómo le iba a decir que yo me había enamorado por completo de nuestro enemigo más grande? Simplemente daba las gracias infinitas al cielo por la mínima razón de que Grisel se quedaba callado en mi presencia sabiendo que ocurría algo y que si me preguntaba el iba a quedar mal.

Pasaba todo el tiempo pensando en Ald, cuando comía, dormía, entrenaba, arreglaba, hablaba con Laura y Helena (que ya no las podía nombrar como amigas porque nunca hablábamos, prefería evocar los recuerdos de mi precioso Alejandro). Mi vida se había vuelto demasiado monótona pero ni siquiera me daba cuenta de lo que estaba sucediendo en ella. No hice caso a lo que ocurría a mi alrededor, parecía un zombi.

Un día cuando desperté de mi sueño casi eterno con el amor de mi vida me hicieron ir a una invasión a un grupo de espectros que se ubicaban por Roma, cerca del majestuoso Coliseo Romano. Me renové por completo y por fin abrí mis ojos, tenía que estar despierta para si era necesario dar mi vida para que no capturaran a mi valioso tesoro.

Cuando llegamos a Roma estábamos justo al lado de la entrada del Coliseo y caminamos un rato por la Vía Labicana hasta que llegamos al Viale Fortunato Mizzi donde unos enormes arboles nos cubrían con sus sombras. El guía del grupo comenzó a llevarnos a todos hacia otro lugar donde ocultarnos pero como mis sentidos eran más agudos por el simple hecho de que era una princesa me separe de ellos y deje que mi instinto me llevara hasta Alejandro. Apartando todo rastro de razón en mi cabeza camine durante media hora que me pareció como mil horas, ya me estaba cansando de buscar cuando escuche su melodiosa voz detrás de una antigua construcción y me oculte tras una pared donde había un hueco y podía ver dentro del lugar. Era una casa que por su aspecto no se había utilizado en años, tal vez en siglos, todas las paredes estaban completamente destrozadas y los muebles habían sido cubiertos por unas enormes bolsas de plástico que antes eran transparentes y que por el tiempo se habían vuelto amarillas y no tenían nada de transparente. Mis ojos fueros llamados por el movimiento que pude distinguir dentro del lugar y reconocí inmediatamente la figura alta y relajada de Ald y también descubrí otra figura que se me hacia completamente in reconocible. Se trataba de un hombre de edad mayor con el cabello hasta su cintura y completamente blanco. Se hallaba sentado en una hermosa silla decorada y vestía unas enormes túnicas que lo hacían parecer de otra época. Escuche con atención la conversación que estaban teniendo, se notaba que llevaban un rato largo en ese lugar, pero no el tiempo suficiente para que los encontraran.

-… Pero yo te adopte como a un hijo propio.- Decía el hombre de cabellos blancos con una horrible voz de autoridad que era gruesa y áspera.- Tienes que hacer lo que yo diga, además, esa profecía ya está escrita e hiciste bien en contársela a la princesa en esa carta. Ahora todos los ángeles deben estar sumamente asustados. Me imagino la reacción de mi hermano cuando tuvo esa carta en sus manos.- El viejo sonrió y mostro en su sonrisa unos enormes, amarillos y afilados dientes que parecían más de una criatura salvaje que la sonrisa de un humano común. Eso me hizo estremecer hasta mis dedos de los pies. En realidad ese hombre tenía en su alma un toque tan horrible y espeluznante que a mil metros podría reconocerlo. Parecía como si fuera un espectro pero mucho peor, no sé cómo definirlo bien, era algo que se sentía en el lugar.

- Pero yo no quiero luchar en esa guerra, y mucho menos ocupar el lugar que tú deberías de tener en la batalla. Esa es tu obligación y no la mía.- Aunque las palabras de mi amante eran casi desesperadas él seguía con su mismo aspecto de relajación y su actitud pensativa que no me gustaba demasiado pero lo hacía ver muy bien.

- Tu sabes que no te dejaría hacer eso si pudiera, pero la profecía tiene otros planes diferentes para los dos, además, alégrate. Podrás tener el placer de matar tu solito a la princesa.- Eso me hizo caer en cuenta de todo lo que estaban hablando en esa conversación. Hablaban de la profecía que hablaba de una supuesta guerra y ellos sabían que yo iba a participar en ella y que además iba a pelear contra mi amado. ¿Ahora que iba a hacer? Siempre me salían a mí las cosas más difíciles. Espere un largo rato en el cual la conversación solo hablo del tema de la profecía, pero nada importante y luego espere unos minutos a que se fuera del lugar ese viejo que me daba miedo. Mire fijamente como se alejaba caminando a paso lento hasta que ya no lo pude ver ni escuchar sus pasos, me parecía un hombre demasiado extraño (yo aun seguía oculta tras la construcción). Gire mi cabeza hacia el hueco para seguir observando un rato a Ald, para ver si alguien más estaba con él pero justo cuando gire mi cabeza mi nariz quedo rozando con la de mi amado. Quede rígida de la sorpresa y él se quedo mirándome a los ojos con su mirada fría como el hielo y nos quedamos un rato muy largo de esa manera. Nos quedamos un rato de esa forma hasta que él se agacho un poco más hacia mi haciéndome levantar, se movió a mi alrededor mirándome toda y yo simplemente sentía como si su mirada me desnudara por completo. Duramos un rato con esta rara inspección que me hacia hasta que él se acerco rápidamente hacia mí y yo por puro instinto me corrí hacia atrás, el me arrincono contra la pared del callejón sin salida, me agarro de los muslos y me sentó en un gran bote de basura (que estaba cerrado). Con sus manos me acomodo las piernas para que las cruzara tras su cintura y también me coloco mis brazos alrededor de su cuello. Acerco su rostro perfecto hacia mi oreja y sentí su respiración irregular.

- ¿Qué haces en este lugar?- Me susurro al oído, yo temblé de la impresión pues ese gesto me hizo acordarme de cómo me hablaba Grisel cuando teníamos un mágico momento. Pero esos recuerdos fueron borrados de mi mente al instante en que Ald empezó con sus carisias por todo mi cuerpo. Primero me acaricio los muslos mientras que me besaba el cuello hasta que llego a mi hombro. Yo estaba en ese momento súper incomoda, lo amaba, pero no sentía que estuviera preparada para una dosis máxima de su alma. Ald no paro y cada vez que me daba un beso ya fuera en mis labios o en mi cuello sentía que gota a gota quería más de él y al mismo tiempo sabía que estaba cayendo en el peor vicio de la Tierra. Descubrí que quería que parara cuando el suavemente comenzó a subirme mi camiseta para quitármela.

- Espera. Por favor.- Dije entrecortadamente y tratando de alejarlo pero mi cuerpo no respondía a ninguna de mis indicaciones. El siguió como si no me hubiera escuchado y termino quitándome la camiseta y besándome los hombros.- Enserio, no creo que pueda hacerlo, yo…- Me interrumpió dándome un apasionado beso. Una parte de mi pensaba déjate llevar ¿Qué te lo impide?

- ¿Qué haces en este lugar?- Volvió a repetir el, esta vez con una voz que me colapso por completo, ya no aguantaba más, lo quería tan cerca que era imposible no haberlo estrechado más hacia mí con mis piernas. Le devolví todos sus besos con todas las ganas del mundo.- No me hagas repetir la pregunta de nuevo.- Dijo el separándose un poco de mí, yo estaba más que sorprendida por su comportamiento, quería que le respondiera algo mientras que intentaba desnudarme.

- ¿Qué?- Pregunte yo consternada, no podía creerlo. El hizo cara de suplica para que yo entendiera que en cerio él no quería volver a preguntar. Casi al instante de ver eso en sus ojos colapse de verdad por completo y habla rápida y atropelladamente. – Lomismo desiempre, vinimosa cazar a ustedes y yo encontrarmecontigo y…- Me di cuenta de que hablaba de una forma que parecía un idioma marciano y me calme, también me puse roja por lo avergonzada que estaba, de seguro que Ald se había dado cuenta que había sido por sus carisias y en sus labios apareció esa sonrisa traviesa que tanto me encantaba.

- Tranquila Tesoro que entendí todo lo que dijiste. ¿Quieres caminar con migo?- Yo asentí con la cabeza y él me volvió a vestir, yo estaba súper avergonzada pero al mismo tiempo me sentía súper cómoda por estar a su lado. Salimos de ese callejón y él me llevo hacia un hermoso restaurante. Es casi incomprensible para mí en este momento como es que en esos momentos el amor me segaba, ¡maldito sea mi destino! Aunque parecía que todo estaba solucionado aun no me daba cuenta que era lo que en verdad tanto necesitaba, pero lo iba a descubrir muy pronto.

martes, 17 de agosto de 2010

Atencion-Importante.

Como se habran dado cuenta no he puesto la siguiente entrega de la novela Los cinco elementos. No crean que ya no pondre mas, yo seguire creando los capitulos pero no los publicare a diario porque tengo que hacer muchas mas cosas como trabajos larguisimos y cosas por el estilo. Si tengo suerte podre publicar dos capitulos a la semana. Lamento decir esto a los que quieren leerla a diario.

domingo, 15 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Entrega numero 14!!!!

Capitulo 27

El otro día me lo pase con Laura, fuimos a un centro comercial que la madre de Laura decía que tenía muchas cosas bonitas pero enseguida nos dimos cuenta que todo era muy costoso. Si queríamos comprar mucho mas teníamos que comprar poco allí. Íbamos saliendo de una tienda y mi amiga me comenzó a hablar.

- Ya no eres como antes Catalina, antes las dos hablábamos mucho mas y éramos casi iguales, ojala fuéramos iguales como antes ¿Qué te paso? ¿O es que tu novio te ha cambiado la forma de ser por una más serena? Talvez sea demasiado grande para ti.- Las dos nos reímos mientras nos sentábamos en una banca con vista a la plazoleta de comidas del centro comercial. Laura se quedo viéndome esperando una respuesta, tome dos sorbos de la botella de agua que tenía en manos y cerré la botella.

- De verdad que no se. Ojala fuéramos iguales, como antes. Pero las cosas han cambiado mucho desde que me entere que todas las noches me iba a convertir en una criatura horrible como…

De pronto se escucho un grito por todo el centro comercial y luego muchos más. ¿Qué pasaba? Laura y yo nos sentamos como algunos otros debajo de las mesas (por si era un ataque terrorista) y vimos como todos los demás corrían a nuestro alrededor sin saber donde se encontraba la salida del centro comercial. Un hombre que estaba corriendo se detuvo al frente nuestro con cara de horror.

- ¿Qué hacen? Corran que nos van a matar a todos.- El señor siguió su camino luego de gritarnos eso y Laura y yo fuimos las únicas que nos quedamos en ese pasillo, no sé que fue pero estábamos a punto de huir y lo sentimos. Nuestros sentidos de ángeles se activaron y note al enemigo con más fuerza que nunca. Laura y yo nos miramos y supimos que teníamos que quedarnos y ver que estaba sucediendo. Nos quedamos debajo de la mesa por un rato y luego lo vimos. Al fondo del pasillo nuestras miradas se encontraron con miles de espectros que tenían en sus manos unas enormes guadañas. Sus ropas estaban llenas de sangre de humanos y supe que estaban haciendo, estaban haciendo una limpieza al centro comercial, hacían filas e iban matándolos a todos conforme pasaban. Aterrador. Laura y yo decidimos pelear, además teníamos oportunidad pues yo era enorme transformada en ángel y tenía mucho fuerza. Nos levantamos del lugar y estábamos a punto de transformarnos cuando de pronto algo salto encima de nosotras con mucha fuerza y nos arrastro a la tienda más cercana que era una enorme de NIKE. Me senté (porque las paredes eran de vidrio y los espectros me podrían ver) rápidamente para ver que había pasado y lo único que vi fue a Laura y a un chico en el suelo levantándose. Ayude a Laura a alejarse lo más que podía de ese chico y las dos nos quedamos viéndolo mientras se sentaba. ¡No podía ser! Esto era peor que lo que estaba pasando afuera.

- Hola Catalina.- Dijo el chico de ojos oscuros sonriéndome.

- ¿Se conocen?- Pregunto Laura exigiéndome respuestas con sus ojos, yo simplemente lo vi a él con rabia pero él no dejaba de sonreír. Mis pies ya habían tocado el infierno.

- Laura, te presento a Alejandro.- Dije yo negándome a verlo a la cara. Yo tenía una mano en mi cinturón que era donde guardaba mi navaja, si él se me acercaba un paso más el iba a morir.- El es del colegio. ¿Lo recuerdas?- Laura lo pensó un poco y luego asintió feliz. ¿Sera que le decía quien era en verdad ese chico? Pero si le decía ella me preguntaría como lo había sabido.

- No puedo creer que seas tú. Es increíble.- Laura me miro con sus ojos que me decían que lo conquistara. Yo simplemente me levante con cuidado para que los demás espectros no me vieran.

- Ven Alejandro.- Dije yo con tono grosero, el me siguió hasta que estuvimos al final de la tienda y un mueble enorme de zapatos nos cubrían. Nos paramos bien y volví a coger mi navaja. El se dio cuenta de ese gesto.

- Calma Catalina, no ha sido mi culpa de que te hubiera gustado la experiencia de la otra noche.- Me sonrió pero yo lo arrincone contra la pared y le coloque mi navaja en su cuello. Nos quedamos un momento mirándonos.- ¿Tratas de ese modo a las personas que te salvan?

- Solo las que son ratas.- Ald se rio. Yo me quede quieta en donde estaba.

- Catalina, yo creo que ya me has dejado demasiadas cicatrices para que me sigas torturando, además te he salvado. Yo también me estoy escondiendo.- Lo pensé un rato y decidí mi peor error. Volví a guardar mi navaja en mi bolsillo y me senté cansada.

- Esas heridas fueron un recuerdo muy lindo y con mucho cariño para ti.- Dije irónicamente. Ald se sentó a mi lado y se quedo mirándome, yo mire al piso decepcionada de mi misma. ¿Por qué no podía asesinarle? El se dio cuenta de lo que estaba pensando y me recogió un mechón de cabello colocándolo tras mi oreja ¿Ahora que le pasaba a este?

- Creo que te entiendo. Yo tampoco puedo matarte aunque una parte de mi lo pide a gritos. Odio admitirlo pero en estos días he aprendido a tenerte cariño.- Le mire a la cara súper sorprendida ¿Me estaba hablando en cerio? No podía creerlo. Nos quedamos viéndonos por un largo rato y el poso su mano en mi mejilla. Se acerco a mí y nuestras caras quedaron rozándose por completo, el corazón me palpito a mil por hora. En ese momento solo estaba pensando en nosotros dos, no había nada más en el mundo. Nos besamos con cariño. Fue algo totalmente hermoso, sentí como si hubiera sido mi primer beso. Sus labios eran dulces y completamente cariñosos. Cuando dejamos de besarnos nos quedamos mirándonos a los ojos por un rato que me pareció eterno pero que quería que nunca se terminara. Sentí como si él me complementara, como si el solo tuviera cariño para brindarme y comprensión y yo necesitaba de eso más que de cualquier cosa. Le devolví el beso, esta vez un poco más intenso, quería beber de todo su ser. De pronto escuchamos un chillido al otro lado del almacén. Laura. Salimos de donde estábamos rápidamente y me encontré con Laura muerta de miedo tratando de ocultarse mientras que al otro lado de las paredes de cristal se veían miles de filas de espectros pasando, todos tenían puesto su traje color verde (lo que significaba que eran soldados especializados) y sus pasos sonaban al mismo tiempo. Parecían miles de clones pues tenían el traje impecable y su cara oculta tras una máscara, eran horribles. Parecía que las filas eran eternas y el único que pudo y que por fin reacciono fue Alejandro. Nos congio con cuidado para que ellos no se dieran cuenta de que estábamos en ese lugar a Laura y a mi del brazo y nos llevo al fondo del almacén detrás de los zapatos donde hace unos momentos el y yo nos habíamos besado tiernamente. Todos (los tres) nos juntamos lo más que podíamos en ese lugar y esperamos a que esa pesadilla que parecía eterna acabara. Ald y yo nos cogimos de la mano (sin que Laura se diera cuenta) y nos quedamos de ese modo por un buen rato hasta que vi todo lentamente negro y deje de escuchar los pasos de los espectros de afuera y el corazón de Alejandro que sincronizaba con el mío. Me había quedado dormida.


Capitulo 28

Desperté al otro día al lado de mi hermoso Alejandro. Abrí los ojos lentamente y un poco desconcertada por encontrarme en una tienda, solo olía a zapatos nuevos, recordé de golpe lo que había pasado esa misma tarde, había sido una horrible pesadilla y temiendo que aun estuvieran allí todos los espectros me arrincone rápidamente más hacia Alejandro, tanto que lo espiche y el despertó. Mis hombros estaban rodeados por sus musculosos brazos y recosté mi cabeza muy cansada en su pecho.

- Tranquila, ya se fueron. No queda ninguno.- Dijo el calmándome y besándome la frente. De todas maneras sentí que el trataba con sus brazos de cubrirme toda para poder protegerme. Sentía que un cariño infinito procedía de todo su ser y me voltee a ver sus ojos. Como había pensado, en su rostro estaba marcada la preocupación y también algo parecido al amor.

- ¿Entonces porque te veo tan tenso?- Me di cuenta de que estábamos hablando en susurros casi audibles. Yo sabía que nos estábamos ocultando de algo pero me sentía muy calmada pues mi instinto no marcaba ningún signo de espectros, a acepción de Ald que estaba a mi lado.- ¿Qué pasa?- El volteo a verme y sentí lo tenso que estaba, hasta su pecho me pareció incomodo.

- En este momento hay miles de ángeles en el centro comercial buscando a alguien de la raza del sur. Me buscan a mí. Y además nos tienen rodeados.- No podía creerlo, esto era muy malo, sobre todo si nos encuentran juntos pues seguro que con todos esos ángeles esta Grisel. ¿Quién nos va a salvar ahora?

- Laura.- Dije llamándola y buscándola con la mirada pero Ald me detuvo y me hizo verlo a la cara.

- Ella está con ellos. Dijo que los sentía y que iba a buscarlos, trate de detenerla pero tiene mucha fuerza. Seguro que ahora que le contó a los ángeles que yo estaba con ustedes ya le comunicaron quien era yo. Ahora piensan que te tengo secuestrada. Los escucho.- No podía ser. Laura debe de estar muy preocupada por mí, toda una raza debía de estar súper preocupada en salvar a su princesa. Sabía que si me encontraban iban a matar a mi tesoro. No podía dejarles.- ¿Tienes alguna idea? No voy a dejar que te hagan daño y tampoco que me lo hagan a mí. Aun soy muy joven para morir.- El se río nerviosamente pero yo me quede pensando en que hacer. Me apoye sobre mis manos y rodillas y me arrastre para poder ver por las paredes de vidrio. Ald tenía razón, ellos ya sabían que estábamos allí y nos tenían completamente rodeados.

- De hecho si tengo una idea. ¿Podrías atravesar un techo?- Pregunte yo sacando mi navaja y sujetándola con la boca.- Si puedes será nuestra salvación y nadie sabrá que estamos juntos.- Me dolía decir que estábamos los dos como pareja y cosas por el estilo, pero en ese momento no tenía la oportunidad de no hablar claro. Ald mostró en su rostro comprensión y sonrió como cuando me asechaba hace mucho tiempo. Era una sonrisa malévola pero me parecía sexy.

- Pero necesitare ayuda, no puedo volar.- Yo asentí y me transforme rápidamente. Ninguno de los dos cayó en cuenta de que mi ropa se había hecho trizas, en ese momento esto era muchísimo más importante. No necesite usar mis alas pues ya era muy alta y lo alce.- Gracias.- El también se transformo para tener más fuerza y rompió el techo en un enorme agujero. Salió rápidamente por ahí y me dirigió una mirada tratando de decir que tuviera cuidado y mucha suerte. Yo hice lo mismo y le mande un beso. Escuche como rompían la puerta de al frente y comenzaban a buscarme miles de linternas. Rápido tonta, no tienes mucho tiempo. Sostuve mi navaja con la mano y me hice heridas por todo el cuerpo, sobre todo el mis muñecas (con unos cordones que me los apreté en ellas) para que pareciera como si él me hubiera sujetado más de una vez en mis muñecas y me hubiera atado con algo. Agotada y muerta del dolor me recosté en el suelo y espere a que me encontraran. No pensé que fuera posible pero antes de que perdiera la conciencia por la pérdida de sangre (se me había pasado la mano en las heridas) pensé en solo una oración, en ninguna otra. ~ Los amo a los dos ~



Sentí cuando los ángeles llamaron a Grisel (cuando me encontraron), sentí como Gril me cargaba en sus brazos desnudos, sentí las lágrimas que resbalaban por las mejillas de mi amor, sentí cuando hice el viaje de nuevo a él que era mi mundo y sentí como un doctor curaba mis heridas. Pero a pesar de haberlo sentido todo no pude entrar en razón, no pude despertarme ni moverme. Cuando Gril me recogió quise calmarlo y decirle que todo iba a estar bien, que no llorara por mi porque no tenía ningún daño pero mis labios eran demasiado pesados, igual le pasaba a mis parpados y extremidades. Por un momento decidí quedarme de este modo por todo lo que me restaba de vida. No tener que cargar con el dolor de ver a los ojos a Gril, ni el dolor de querer tanto a Ald. Si yo hubiera seguido en ese estado de inconsciencia todo sería mejor, todo sería mucho mejor para mí.

Abrí mis ojos y me encontré con las sabanas de la cama que tenia en la base. Trate de despertarme un poco mas y pude ver donde me encontraba exactamente, era mi habitación y yo no estaba sola. Al lado derecho de la cama se encontraba Grisel dormido en una silla de madera. Que hermoso, se había quedado todo el tiempo a mi lado, ojala el pudiera decir lo mismo sobre mi. Se me vino a la mente la imagen de Alejandro, ¿Será que había podido escapar de ese lugar? Ojala, si no me moriría de una tristeza infinita que nadie podría calmarla porque yo no podría decir la causa de esta tristeza, decidí quedarme en cama y dormir un poco más, no solo porque estaba súper cansada si no porque no quería despertar a Gril y tener que encontrarme con sus ojos llenos de preguntas que no pueden tener respuestas para él. Pero para mi mala suerte Grisel se despertó. Cuando vio que yo también estaba despierta su rostro se ilumino de una alegría completamente pura.

- Mi amor, ¿Te sientes bien?- Dijo con cuidado como si sus palabras fueran a hacerme algún daño. Yo asentí con la cabeza lentamente. El siguió completamente feliz de verme despierta y yo claramente me odie por ser tan infiel a la relación tan bonita que teníamos.- De ahora en adelante te prometo que no dejare que nada te pase. No me importa que tenga que hacer para que ningún mal te toque, sin pensarlo lo haré.

- Si no piensas lo que haces podrías pagar muy caro amor Mío.- Dije yo con voz ronca y muy baja. Grisel me sonrío por haberle hablado. Se acerco hacia mí y me beso la frente con sus dos manos en mis mejillas.

- Pagaría mucho más caro si tú ya no pudieras vivir conmigo por toda la eternidad. O por lo menos hasta que tengas una muerte natural.- Los dos nos reímos aunque yo muy suavemente porque más o menos me acababa de despertar y estaba muy cansada.

- Te amo Grisel.- Dije queriendo estar más cerca de él. El se recostó a mi lado en la cama y me abrazo por atrás.

- ¿Qué paso en esa tienda?- Me quede callada por un rato tratando de acordarme de la mentira que les iba a decir a todos.

- Quería preguntarle algo del colegio y…- Acuérdate estúpida.- fuimos detrás de la tienda pero él me agarro las manos y me quería matar como a mis padres. Yo no quería morir Grisel.- Gril me acaricio los brazos diciéndome por un largo rato que nada de eso era culpa mía, que odiaba a Alejandro y le iba hacer pagar por el daño que me había hecho (incluyendo la muerte de mis padres). Me había metido en un muy grave problema.

viernes, 13 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Entrega numero 13

Capitulo 25



- Aun no entiendo que haces en este lugar. ¿Por qué? A un monstro como tú no le debería importar a las personas que mata.- Los dos nos reímos por el horrible asentó que me había ganado después de las últimas botellas. No tenía ni idea de cómo era que habíamos bebido tanto, estábamos en el suelo y a nuestro alrededor se hallaban miles de botellas vacías. Debo admitir que estar con Alejandro era genial. Nos estábamos divirtiendo a lo máximo y aun no amanecía. [¿Qué me estaba pasando a mí? Estoy hablando con el asesino de mis padres, con un monstro pero aun así nos tratábamos como hermanos. Debo irme de allí en este mismo instante (me repetía miles de veces en la cabeza pero yo no escuchaba)]

- Es que esta vez fue distinto. Nunca antes había torturado a mis presas.- Los dos nos reímos sin saber muy bien porque y tomamos otro trago. De repente Alejandro trato de ponerse serio pero su cara seguía igual de graciosa.- ¿Puedo intentar algo?- Yo asentí riéndome y él se acerco más hacia mí. Los dos no dejábamos de sonreír como estúpidos hasta que ya era demasiado tarde para darme cuenta que era lo que él estaba intentando hacer. El estaba mucho mas borracho que yo obviamente, seguro que no sabía que estaba haciendo. No tuve tiempo de reaccionar cuando el ya tenía reposados sus labios en los míos. Nos besamos. No podía creerlo pero yo no reaccionaba. Alejandro me abrazo con una mano en mi cintura y se puso encima mío (aunque con dificultad por el alcohol). Comenzó a besarme el cuello y cai en cuenta de lo que estaba haciendo. De un momento a otro se me vino a imagen de mi amado Grisel. Lo aparte con fuerza hasta dejarlo contra la pared. ¿Qué estaba haciendo? Me estaba comportando como una P*^-_@. No podía creerlo. Sentí una horrible pena por Grisel, ¿que dirá de mí?

- Lo lamento, se me fue la mano.- Dijo el aunque con una sonrisa en sus labios. En sus ojos note que había sido un poco intencionado.- Pobre Grisel, el ni se imagina que su novia es una zorra.- Me enfade aunque él decía toda la verdad. ¿Y si él le iba a contar a Grisel lo que habíamos hecho? No podía ser.

- Por favor no digas nada.- Casi le suplique en ese momento. Me estaba sintiendo como una rata. No solo porque me había dejado tocar por el mismísimo Ald sino porque por un momento sentí que me había gustado su beso.

- No diré nada pero un chico necesita con que vivir ¿sabes?- Sabia a lo que se refería. Me estaba pidiendo plata para no hablar. Busque en mi bolsillo mi billetera y saque unos billetes. Se los lance a la cara y me levante de allí furiosa.

- Allí tienes. Quiero que sepas que esto solo pasó por el licor. No estábamos actuando racionalmente y tú te aprovechaste de mi estado. Nunca más va a volver a pasar esto. La próxima vez que te vea aunque sea a lo lejos lo haré para matarte. Y será una muerte lenta. Además, no te permito que sigas ocultándote en este lugar pues sigue siendo propiedad mía. Vete a la mierda.

Nunca en mi vida le había dicho algo así a una persona pero no me importo. Recogí la maleta que tenia llena de mis cosas importantes que había recogido como mi iPod y mis CD favoritos. Baje por las escaleras rápidamente cuidándome siempre las espaldas. Antes de abrir la puerta principal para marcharme me voltee a mirar la cima de las escaleras, allí encontré a un chico mirándome sin ninguna emoción, simplemente como si estuviera mirando al vacio. Si no lo conociera diría que me estaba mirando con lastima pero era imposible, alguien como él esta vacio. Salí al frio de la noche y allí estaba esperándome el Mercedes de los padres de Laura. Se me había olvidado que le había dicho al chofer que me esperara. Soy una estúpida que engaña a su novio y que esta oliendo a puro licor. Me he vuelto loca. Corrí hacia el auto llena de vergüenza por todo pero en este momento por el chofer, quien sabe cuánto tiempo me había demorado allí.

- Lo lamento señor, me demore más de lo que esperaba y quería.- El me cerró la puerta del coche tras de mí. No dijo nada solo me miro como si entendiera.- ¿Usted ha comido algo en todo el día?- Pregunte yo apenada y preocupada.

- No señorita.- Dijo el sin mirarme. A mí se me ocurrió una brillante idea, la única que había tenido en todo el día.

- Chofer, lléveme a McDonald’s- El se sorprendió por lo que acababa de decir pero lo hizo sin rechistar. Pronto me di cuenta de por qué se había sorprendido tanto, ¡¡eran exactamente las 3:34 de la mañana!!

Cuando llegamos al restaurante pedi dos combos y comimos dentro del carro en el parqueadero. El chofer no dejaba de darme las gracias y yo le decía obviamente que no importaba. Además tenía cosas mucho más importantes de lo que pensar. ¿Ald le iba a decir a Gril lo que habíamos hecho? No podía ser. Yo amo con todo mí ser a Grisel, no entendía como era que había terminado tan bajo en mi vida. Solo le encontraba una explicación muy estúpida que justificara mi gran error: Ald me había hipnotizado (le iba a decir a Grisel) Trate de no caer pero él me había apretado fuerte y me había obligado. Soy muy patética.

- Señor, ¿Qué pasa si hiciste algo muy malo?- Le pregunte al chofer, no podía decirle a nadie más pues mi amiga Laura me reclamaría porque no había matado a ese monstro cuando lo había visto y los ángeles me matarían literalmente. El chofer tardo un poco en contestar mientras que se comía una papita.

- Depende de que hallas hecho. Si es algo de amor se te va a hacer muy difícil olvidarlo y eso te traerá hartísimos problemas.- No podía creer que el chofer sonara como si diera muy buenos consejos, creo que íbamos a establecer una gran amistad (o algo así). Para explicarle lo que me había pasado decidí no utilizar nada como: a una amiga o una prima. Eso ya estaba muy gastado y obviamente el sabría desde un principio que me refería a mí.

- Es que el problema es que tengo un novio. Y en cerio nos amamos pero llega mi peor enemigo y hago cosas indebidas con él. ¿Qué se supone que debo hacer?

- Deberías contarle a tu novio antes de que lo descubra por otra fuente. Aunque si te adelantas a esa fuente tendrías la oportunidad de mentirle un poco para que no se le rompa el corazón por completo. Eso es lo mejor.- Todo lo que me decía el chofer tenía mucho sentido. Le agradecí. Y como no tenía el concejo de ninguna otra persona decidí seguir ese. La próxima vez que me encontrara con Grisel le iba a mentir aunque eso me dolía en el alma. Igual solo había sido un beso ¿No?

Regresamos a la casa de Laura como a las 5:00am, ya todo el mundo estaba dormido así que subí despacio las escaleras y entre a la habitación que me habían dado. No pude dormir en toda la noche pensando en Grisel y en Ald. Yo me moriría si Grisel me deja sola, simplemente no podría soportarlo, sería como un enorme puñal en la espalda para él.

Capitulo 26

- Despierta, despierta.- Grito Laura entrando a mi habitación cuando por fin estaba llegando el sueño a mi cuerpo.- Levántate Catalina, tenemos unos billetes que gastar en muy pocos días. Rápido, te espero en la sala y solo tienes diez minutos.- Laura se rio y volvió a salir de la habitación. Yo nunca me había sentido tan cansada en mi corta vida. Pero no era un cansancio de que me doliera todo si no un cansancio de necesito dormir. Me levante perezosamente y entre al baño casi sin saber que estaba haciendo. Me mire al espejo y vi que mi cara se encontraba pálida y tenía unas enormes ojeras debajo de los ojos, además tenía que lavarme el cabello que estaba completamente sucio y enredado. Aun seguía oliendo a licor en exceso, ¿Cómo es que Laura no se había dado cuenta? Me dolía la cabeza y sentía que iba a vomitar pero no lo hice. Me bañe con mucha cantidad de jabón y luego me puse un vestido negro (una camiseta larga) y debajo unos leggins oscuros. Me puse perfume para que se me quitara un poco el olor que un tenia (aunque solo un poco), le pedí prestado a Laura uno que se llama Touch of Pink. Es mi favorito. Y Salí corriendo de la habitación, yo sabía que aunque mi amiga era muy animada y cariñosa, ella se ponía muy enfadada si la hacían esperar demasiado.

Nos fuimos a un centro comercial que se encontraba más o menos lejos llamado Prime Outlet, que nos encantaba, en el Camaro del padre de Laura, era totalmente hermoso. Estuvimos en ese centro comercial toda la mañana, la primera tienda en que entramos fue a FOREVER 21 y luego entramos a NIKE a comprarnos unos nuevos tennis para poder caminar más cómodas. Yo me compre unos negros que parecían botines y venían con tres cordones, rojo, azul y negro. Y Laura se compro unos azules con morado que venían con cordones azules clarito y morados. Nos sentíamos como unas princesas y teníamos miles de bolsas cuando de pronto que estábamos sentadas en el STARBUCKS COFFE Laura me indico que volteara mi mirada hacia un camarero. Yo no le hice caso y riéndome le dije que no fuera tan tonta pero ella me insistió. Voltee disimuladamente mi mirada y me encontré con un chico musculoso, alto de cabello oscuro y ojos grises, Grisel. No podía ser. El me sonrió y se acerco a nuestra mesa, yo no podía creerlo, quería hablar con él pero todavía era muy pronto. Me sentía como una zorra, ayer besándome con uno y hoy con otro. Esto era demasiado de lo que podía soportar. ¿Qué le iba a decir?

- Hola Laura, hola estrellita.- Se acerco para besarme pero yo solo le di un beso en la mejilla y le sonreí un poco. Obviamente el quedo sorprendido por el gesto. ¡Por Dios! Laura y Gril pasaron un rato hablando mientras que yo estaba callada y casi ni me movía.- Bueno, ¿Te importaría que me llevara a Catalina por el resto del día?- Que diga que sí, que diga que sí, que diga que…

- Claro que no, por mi que se quede contigo esta noche.- Los dos se rieron pero yo estaba muy, muy nerviosa. Grisel y yo salimos de la tienda y caminamos por todo el lugar, callados. No podía creerlo, nunca había estado en una situación como esta.

- ¿Qué pasa Catalina?- Pregunto el deteniéndose por completo y cogiéndome del brazo para que me detuviera también.

- Nada, ¿Qué debería de pasar?- Dije yo tratando de que pensara que todo estaba en orden y que en verdad no pasaba nada.

- No me engañes, nos encontramos como hace media hora y no me has querido dar ni un beso. Además pareciese como si no quisieras ni verme, mucho menos tocarme. ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres estar conmigo? ¿Tienes otro?

- No me vuelvas a preguntar eso porque sabes que es mentira. Yo nunca podría engañarte de esa forma, quiero decir, enamorándome de otro. Y claro que quiero estar contigo, por eso estamos paseando juntos.- Dije yo tratando de verme tranquila y al mismo tiempo aturdida por lo que me había preguntado. Necesitaba decirle lo que había hecho, o mejor lo que me habían hecho. Pero no tenía ni idea de cómo hacerlo.

- Bueno, perdón, pero tienes que entender que se que te pasa algo, lo siento, yo te conozco muy bien Catalina, suéltalo que soy tu novio.- Yo dude un poco y desvié mi mirada. Menos mal que tenía clase de actuación en mi colegio. Me sentía la más sucia de toda la humanidad y de todos los ángeles. Por lo menos diciéndole me sentiría un poco mejor aunque tuviera que decirle una mentira pequeña.

- Esta bien, te contare.- Nos sentamos en unas sillas y en los ojos de Grisel vi pura preocupación. No podía hacerlo.- Es que paso algo horrible.- Dije yo comenzando a llorar, el preocupadísimo se levanto y me abrazo fuerte.

- ¿Qué paso? ¿Te han hecho daño?- Escuche como su voz terminaba en un sollozo, era raro como nos podía pasar esto. Estábamos tan conectados que si uno lloraba en otro también. Estúpida, estúpida, estúpida.

- Ayer fui a la casa de mis padres y…- No podía dejar de llorar, las lágrimas no eran actuación mía, estaba llorando por todo el mal que le estaba causando a Grisel.- Allá estaba Ald. Me golpeo y me obligo a besarle, lo lamento Gril, no fue mi culpa. Me siento muy mal por haberte hecho esto.- Grisel se quedo viéndome con ojos cariñosos mientras que me secaba las lagrimas que no dejaban de resbalar por mis mejillas.

- Mi amor, no fue tu culpa, fue ese descarado que te obligo. No te preocupes que tu nunca me defraudarías y mucho menos por eso. El te obligo, agradece que no te haya matado, es un desgraciado.- En los ojos de Gril el cariño se torno a odio y algo parecido a venganza pero mucho peor.- Te prometo que lo matare. No descansare hasta verlo muerto.

- No lo hagas te puede hacer daño.- Nos abrazamos y quedamos de ese modo por un largo rato, no podía creer que acabara de engañar al ser que me quería más que a cualquier cosa. Me sentía sucia pero al mismo tiempo mucho mejor por haberle contado antes de que él se hubiera enterado por otra fuente.

Grisel y yo nos besamos y luego comimos helado. Aunque me sentía horrible tenía que dejar de lamentarme, mi novio sabía lo que había hecho y aun así me quería aunque hubiera besado a otro (aunque todo lo que había dicho no había sido la verdad había funcionado. Qué tristeza). Pasamos todo el día juntos y también toda la noche juntos, como era de esperarse yo me sentía demasiado sola y él quería consolarme, jajajaja. Me he vuelto loca, he caído en las mentiras y en los engaños. Me sentía devil y al mismo tiempo más poderosa que nunca ¿Qué pasaba? Seguro tenía un colapso emocional y cerebral. Tenía que hacer algo para detenerlo en ese instante porque sabía que yo seguiría mintiendo. Esto es una locura. Me odio y sé que todo el mundo me odia.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Entrega numero 12

Capitulo 23

Me hallaba en la limusina de Laura, no me acordaba hace cuanto tiempo no hablábamos pero note que me hacia bien estar junto a ella. Laura era medio rica antes de convertirse en ángel, por eso siempre andaba con lo último en moda y siempre se ocupaba de regar los chismes. Yo quería mucho a mi mejor amiga.

Antes de irme por la mañana de la base cree una lista de cosas por hacer en este lugar y una de ellas era visitar mi anterior casa, quería saber si la habían destruido o si seguía intacta como siempre. Era algo que sentía que necesitaba hacer lo antes posible, además era el único lugar que podía contar yo como el cementerio de mis padres pues los ángeles se habían llevado los cuerpos de ellos para destruirlos y no dejar ni una pista a los oficiales. Solo podía pensar en el reencuentro que iba a tener Laura con sus padres, el reencuentro que debería también ser mío. Cuando nos acercábamos a la mansión de Laura dejamos de hablar, ella por lo emocionada que estaba de ver a sus familiares y yo de lo dolida que estaba por no ver a los míos. Laura salió corriendo de la limo y entro a su casa, yo entre después de ella admirando el enorme lugar, las paredes eran de un hermoso mármol blanco y las hermosas y grandes escaleras tenían una alfombra roja. Se veía espectacular. Me quede quieta en las escaleras mientras que del otro lado de la pared en un cuarto escuchaba como los padres de Lau lloraban y la abrazaban. Estuvieron de ese modo por un rato durante el cual no pude dejar de llorar. Justo cuando Laura salió de esa habitación me seque las lagrimas, gracias al cielo ella no noto mis ojos rojos, Lau era muy distraída. Las dos subimos las escaleras hasta el último piso donde me guio hasta mi habitación. En el centro del cuarto se hallaba una cama doble que era de madera, su decorado era exquisito, parecía ser creado por romanos o algo por el estilo, al fondo se veía el baño que era un poco más pequeño que el que tenía en la base pero se veía igual de cómodo. Me alegre por Laura porque sus padres le brindaban todas estas cosas tan hermosas, ojala yo tuviera la mitad de lo que ella tiene. Me pregunto si ella se da cuenta de todo lo que tiene y si lo valora. Ojala fuera de ese modo.

- Muchas gracias por darme lugar a donde ir, este lugar es maravilloso y hablo en general, por todas las cosas que he visto en esta casa.

- No me des las gracias por darte lugar, yo se la situación que estas pasando y te comprendo aunque nunca me ha pasado a mí, he leído muchos libros de superación personal, que me trae mi madre, y allí explican cosas como esas. Algún día te los prestare aunque te quedes dormida en el segundo capítulo.- Las dos reímos.- Y sí, me encanta a mi también este lugar, todos los días agradezco a mis padres, ellos han luchado mucho por conseguirme los mejor.

- Si, se han esforzado demasiado.- Esta conversación en verdad que ya me estaba aburriendo demasiado, solo quería echarme en la cama y quitarme las botas que llevaba puestas, me ardían hartísimo los pies, no sabía por qué razón.

- Era la habitación de mi abuela, espero que no te importe.- Dijo Laura un poco preocupada por lo que yo pensara acerca de eso. Claro que a mí no me iba a importar, pero supongo que lo decía y preguntaba por cortesía (o porque su madre la obligaba).

- No hay problema, al menos que ella ahora no tenga cuarto.- Laura me sonrió riéndose. Me importaba muchísimo que Laura hubiera tenido que decirle a su abuelita que tenía que irse de allí porque yo me iba a quedar a dormir por dos largas semanas, temblé un poco de solo pensarlo.

- Ella ya se murió hace un tiempo.- Ella se rio pero me quede callada de la impresión, no podía creer que mi amiga se estuviera riéndose de eso. – Mañana comenzaran nuestros días de compras, mejor levántate temprano.- Dio media vuelta dirigiéndose a la puerta y comenzó a salir de la habitación pero yo corrí detrás de ella y la retuve del brazo. Laura se volteo a mirarme con tanta fuerza que su hermoso cabello rojizo (natural) se alcanzo a levantar con el viento.

- De hecho, me gustaría mañana regresar por un momento a lo que queda de mi casa, lo lamento, espero que me entiendas porque en realidad necesito ir más que a cualquier otro lado. Mañana podremos ir de compras juntas y estaremos todo el día en un centro comercial, te lo prometo.¬- Yo no levante mi mirada del suelo mientras que decía eso por pena a que ella se ofendiera pero ella me levanto la cara un poco para que la viera a los ojos.

- No te preocupes, lo entiendo perfectamente Catalina. Supuse que sería el primer lugar donde querías ir. Si quieres te puedo proporcionar un chofer para que se mantenga con tigo. Mañana no lo necesitare, atrasare la fecha de las compras para que no digan que compre más cosas que tu, en cambio invitare a Elena para que vallamos juntas, aunque creo que ella se va a quedar en las tiendas de música y en especial en Hot Topic.

- Muchas gracias Laura, no sabes cuánto me ayuda eso. Además, me parece muy buena idea invitar a Elena aunque ella muy posiblemente se quede en las tiendas que has mencionado mientras que nosotras vamos a otras tiendas, pienso que es mucho mejor si todas nos encontramos el mayor tiempo juntas, tengo un presentimiento.

Nos despedimos y cuando estuve sola en la habitación desempaque mi maleta y me quite rápidamente mis zapatos, seguro que me estaban quedando pequeños porque había crecido un poco, me di cuenta de cuánto necesitaba comprar cosas. No podía creer que estuviera de vuelta en la Tierra. Tenía que ver a qué horas irme de esta casa para que no me quedara en ese lugar toda la tarde y llegar a la que tiempo atrás era mi hogar. Esa noche casi ni dormí pensando en lo que me iba a encontrar al otro día (creo que también fue por el hecho del que me asusto un poco que de un momento a otro me encontrara con una viejita transparente que estuviera flotando por el lugar, que tonta soy), sentía que esa casa era mi única conexión que tenia con este mundo. Creo que iba a hacer ese viaje para ver si podía sentir algo, no sé qué. Simplemente quería sentirme como en mi hogar, protegida. Pero tenía miedo de que no fuera así, que llegara y solo fuera una casa muy vacía. Necesitaba de Grisel, solo habían pasado unas horas y ya extrañaba el contacto de su piel y al mismo tiempo necesitaba hacer todo eso sola, era como un viaje sentimental. ¿Me he vuelto loca? Ahora me parezco a mi madre hablando todo el tiempo de superación personal y yo siempre he odiado ese temita.

A las tres de la mañana el sueño me venció, soñé que estaba volando por los sitios que había visitado en las pocas cacerías que había hecho y que alguien saltaba encima mío (más bien fue una horrible pesadilla pues ese alguien se trataba de Ald que me miraba con una sonrisa en sus hermosos labios). Esperen un momento, ¿Hermosos? En ese momento me di cuenta que si, eran espectaculares pero los odiaba con toda mi alma, ¿Algún día podre superar mi enorme odio? Yo creo que no.



Capitulo 24


A la mañana siguiente me desperté más o menos temprano, me duche con agua fría (no fue mi elección, Laura me había dicho esa mañana que no había agua caliente por hoy) por lo que me demore poco tiempo en el baño. Me vestí con una sudadera gris y me recogí el pelo en una coleta. La muchacha de servicio (aunque de mala cara por ser tan temprano) me frio unos huevos y de sirvió unas tostadas con jugo de naranja, al terminar le di las gracias pero ella no me hizo caso. Le preguntaría a Laura más tarde que le pasaba a esa señora y si por alguna razón era por mi causa.

Esas horas para mi (solo me demore dos horas), en las cuales salía de esa casa, pasaron demasiado rápido pero cuando Salí y me di cuenta de que el Mercedes de Laura me estaba esperando el tiempo de repente se detuvo, me sentí como si estuviera caminando a pico y pala (muy, muy despacio) trate de caminar más rápido pero me di cuenta de que no era mi cuerpo sino que solo eran mi mente jugándome una mala pasada. Entre al auto y le di la dirección al chofer, el sin decir ni una sola silaba arranco. Le pedí que fuera rápido y me sorprendió que él no me preguntara el porqué y me hiciera caso sin rechistar. Se notaba que enserio se encontraba allí para cumplir las órdenes de esta familia y sus invitados (ósea yo).

Cuando estábamos pasando justo por la calle que llevaba a mi antigua casa sentí que mi pulso se ponía a mil, no podía creer que estuviera haciendo esto.

Talvez si no fuera tan estúpida por mis sentimientos me hubiera dado cuenta de que ese presentimiento que sentía, el frio que de pronto se colaba por mis huesos, que mis piernas habían comenzado a temblarme no se referían a mi pronto encuentro con el lugar donde antes vivía si no que era algo mucho mayor. Todo lo que sentía no era por eso, era por otra fuerza sobre natural que estaba sintiendo, algo más que un presentimiento, un instinto que había existido hace años.

Entre al lugar solo pensando en la imagen de mis padres recibiéndome con los brazos abiertos, pero cuando abrí la puerta principal que estaba sellada por una cinta de la policía, lo único que percibí fue el aliento de la soledad. Camine un poco hasta que me encontraba en mi sala, al lado de las escaleras. En ese momento mis lagrimas cayeron como una cascada, no las podía retener simplemente salían. Mi mente había creado siempre una imagen de ellos dos abrazándome justo cuando volvía a casa sana y salva.

- Su niñita ya llego a casa y está sana y salva, ya no tienen que buscarme más, aunque no me quedare por siempre en este lugar, solo es un tiempo temporal.- Susurre yo acordándome de la conversación que me había inventado interminables noches en mi habitación los primeros días que estuve en la base. Me seque las lagrimas y me arme de valor, esta visita me haría más fuerte, lo sentía en el fondo de mi alma, con esto caería en cuenta por fin (definitivamente y sin inventarme más historias de fantasía) de que mis padres estaban muertos y yo estaba sola en el mundo, solo tenía a Grisel y el solo me tenía a mí.

Subí por las escaleras para entrar de nuevo a mi anterior cuarto (para ver si podía recuperar algo de mis cosas) pero cuando ya me encontraba arriba note las luces del estudio prendidas. A mi cabeza llegaron los recuerdos de la noche en la cual me encontraba en esta misma situación, me acorde de cómo llevada por la emoción había entrado a ese lugar y había encontrado a mi peor pesadilla. Mientras que veía hacia donde se encontraba la luz sentía como si todo se estuviera repitiendo pero antes de que me asustara por completo me arme de valor ¿Qué más podría pasarme? No iba a ver nada peor a lo que había presenciado la otra noche. Me acerque con cautela a el lugar y lo que vi me impresiono, más bien me sorprendió. Allí en una esquina de la habitación se encontraba un chico de mi misma edad y con una botella de aguardiente en su mano derecha, se veía medio desocupada pero a su lado se encontraba otra botella sin abrir. Cuando noto mi presencia rápidamente se levanto pero perdió el equilibrio, se notaba lo borracho que estaba (aunque no era tanto).

- ¿Qué haces tú aquí?- Pregunte yo reponiéndome del susto y enfadándome un poco por encontrar a un muchacho en mi casa, aun era de mi propiedad.

- La pregunta es ¿Qué haces tú aquí?- Respondió el volviéndose a sentar, se había mareado y trataba de recomponerse.- Yo me la paso por aquí, dicen que este lugar esta embrujado pero es totalmente falso, por esa razón cuando tengo que estar a solas vengo aquí porque sé que nadie me va a molestar. Me tengo que librar de una pena muy grande y me parece que tu también.- Seguro que había notado mis ojos rojos por haber llorado antes. Me ofreció la botella de licor que tenía en sus manos y yo pensándolo un momento decidí recibírsela. Nunca antes había tomado alcohol (sin contar en fiestas donde me tocaba como en los quinces brindando). Tome dos tragos y sentí como si me hiciera bien, ya no me sentía tan abrumada por la muerte de mis padres. Me senté al lado de el chico y nos quedamos un rato en silencio mientras que tomábamos de a poquitos sorbos.

- Supongo que no me querrás contar lo que te ha sucedido ¿No?- Dijo el volteando su mirada hacia mí, aunque en su voz se le notaba un poco la borrachera tenía un aspecto bastante saludable. Yo negué con la cabeza dándole a entender que no iba a hablar sobre eso. Me fije en sus ojos oscuros y sentí como si los hubiera visto tiempo atrás pero no sabía dónde.- Yo tampoco tengo la intención de decirte nada aunque me pareces muy conocida. ¿Dónde estudias?

- Yo estudiaba en el colegio que queda por este barrio.- El de pronto abrió los ojos como platos.

- ¿El colegio Alemán? Yo estudio allí, con razón te veía conocida, eres la chica que me iba a hablar el primer día de clases. Yo abrí los ojos de par en par recordando al chico hermoso que no me dejaba de mirar en clase de ¿literatura? Los dos reímos y recordamos el momento en que nos habíamos encontrado en el colegio. Sin darnos cuenta ya nos estábamos acabando esa botella y cada minuto que pasaba nos poníamos mas sueltos. ¿Qué sucedía? Prometí que nunca más iba a beber, aunque se sentía increíble por momentos que hablaba me daba cuenta que estaba a punto de decir más de lo necesario como: Mis padres murieron porque todas las noches me transformo en algo horrendo. Siempre trataba de tener cuidado con lo que decía pero eso dejo de importar cuando abrimos la otra botella porque ya no pensaba en nada, ni siquiera que estaba en mi antigua casa.

- ¿Por qué estas tomando aquí si me dijiste que mañana iban a hacer un examen en tu colegio?- Pregunte yo y me di cuenta que en mi voz ya se notaba también que estaba completamente borracha. Los dos habíamos terminado acostados en el suelo junto a las escaleras y no dejábamos de hablar y reír por cosas que no tenían sentido.

- Yo ya sé ese tema, es sencillo. Pero necesitaba esto, beber siempre me ayuda a eliminar de mi memoria a las personas que he matado, además es irónico que yo allá escogido este lugar para librar mis penas pues yo fui quien mato a los dueños.- Si, es irónico. Dos seres de dos razas completamente distintas actuando como hermanos por culpa del alcohol, y si, el chico que estaba a mi lado había hablado de mas. El se dio cuenta casi en seguida y los dos nos levantamos rápidamente alejándonos lo más que podíamos. Ya me acordaba de esos ojos, de repente la borrachera se había esfumado en menos de un segundo. El era nada más ni nada menos que Alejandro, o como le llaman otras personas, Ald. Nos quedamos in móviles durante minutos hasta que el chico se relajo.

- Que raro es lo que está pasando en este lugar princesa.- Ahora si era Ald. Poco a poco se fue transformando en un malvado, su cuerpo se volvió más grande y sus ojos eran tan grandes que parecían ocupar todo su rostro. Yo pensando que me iba a atacar también me transforme al instante.- Es interesante todo lo que puede causar el licor, juntar a dos criaturas que están en una pelea a muerte. Increíble.- Nos quedamos sin hablar durante demasiado tiempo. ¿No que lo tenían capturado en una celda mágica o algo así? Yo no me moví pero de un momento a otro Ald se volvió a transformar en Alejandro.- Nunca pensé rogarle a nadie pero por favor, no estoy dispuesto a pelear hoy. Podríamos decir que fue este encuentro causa del licor.

Yo pensándolo por un tiempo decidí convertirme de nuevo en humana, sabía que todo lo que hacía era sumamente peligroso pero yo tampoco estaba dispuesta a luchar pues mis energías se habían agotado. Los dos nos volvimos a sentar en el suelo, esta vez un poco más alejados y con desconfianza. Los dos nos tomamos cada uno media botella de vino que habíamos conseguido en el piso de abajo y el licor no tardo demasiado en devolvernos la felicidad y la confianza.

¡Hola!

Hola, como habran notado he puesto en este blog mas cosas, como una encuesta, para que ustedes puedan hacer mas cosas ademas de leer la novela. Me encantaria que en esto que escribo pusieran comentarios para saber si les gusta o no y porque. Por favor den razones si les gusta. Solo es algo para que pueda arreglar aunque sea un poco para atraer mas a sus gustos. Grx
XD

martes, 10 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Entrega numero 11!!!

Capitulo 21

- ¿Pasa algo malo?- Dijo el lleno de preocupación. Yo tenía la mirada baja, no tenía ni idea de cómo le iba a preguntar esto ni tampoco de que forma el iba a reaccionar. Grisel puso dos dedos de su mano derecha debajo de mi barbilla y me obligo a verle pero yo desviaba los ojos.- Mírame. Pensé que ya todo estaba solucionado.- Yo no le respondí y sentí el desespero en su mano pero su rostro seguía igual.- Háblame que no soy adivino Catalina, ¿Te pasa algo?

- Si, pasa algo.- Alcance a decir con un hilo de voz. El espero a que siguiera pero me demore un poco en continuar con lo que estaba diciendo.- ¿Me prometes que no te enfadaras?- El espero un poco de tiempo pensándolo (yo esperaba que dijera enseguida algo como: claro que no me enfadare. Pero todo era diferente con Gril)

- Te lo prometo.- Dijo el volviéndome a mirar a los ojos. Aun me estaba levantando la cara con su mano.

- ¿Cuántos años tienes?- Me sentí como en la parte de la película ``Crepúsculo´´ que todo el mundo se sabía.

- 20 años, pensé que ya lo sabías.

- Es que aquí va la pregunta de verdad.- Dije yo y me di cuenta que el ya había captado lo que iba a venir pero no intervino en lo que iba a decir.- ¿Hace cuanto que los tienes?- El se quedo mudo de sorpresa y esta vez fue él quien bajo la mirada. Yo rápidamente comencé a hablar para que el no se arrepintiera de decirme la respuesta a esa pregunta.- Te juro que no me enfadare, los dos sabemos que es lo que pasa con tu edad pero yo solo tengo curiosidad de cuánto tiempo y porque lo escondes de ese modo.

- Yo… No sé, no te puedo responder eso.- Yo claramente me enfade un poco. ¿De dónde viene tanto secreto? Los dos sabíamos lo de su edad ¿Por qué no lo decía? Grisel se dio cuenta que yo me estaba enfadando y hablo otra vez rápido.- No es que no quiera, te lo juro. Me encantaría contarte desde hace cuanto pero lo que pasa es que… No me acuerdo.- Yo me sorprendí y no pude ocultar una risa que me salió.

- ¿Qué?- Pregunte yo aunque sabía que había escuchado perfectamente.

- Yo te conté que dicha guerra comenzó hace milenios, ¿Cómo rayos voy acordarme en qué fecha naci?- Los dos nos reímos por eso. Creo que yo tampoco lo recordaría nunca ni aunque me pagaran jajajaja.- Creo que la soy considerado un anciano.

- ¿Te puedo preguntar otra cosa?

- Claro que si amor mío.

- ¿Cómo fue?- Grisel se veía relajado como la primera vez que despertamos juntos. El se recostó en la cama junto a mí y puso sus brazos detrás de su cabeza.

- Hermoso. Fue hace demasiado tiempo pero nunca lo olvidare. Yo iba caminando por todas las tierras que tenía en aquel entonces, yo era hijo de un hombre muy importante que vivía del comercio, tal vez conocía mi nombre. En esos tiempos lo que se llamaba padre era solo una figura olvidadiza. Yo pasaba mucho tiempo con mi madre pero cuando cumplí los 20 años decidí irme por mi cuenta, me convertí en soldado por poco tiempo y luego mi padre murió, el me heredo todas sus tierras lo que hizo que mi hermano pequeño me odiara.

- Hipólito.

-Exacto, yo nunca tuve una buena relación con él. Pero eso no importa ya, te estaba contando cómo fue que paso. Un dia que estaba caminando por mis tierras, como ya te había dicho, vi de pronto como el dia se tornaba verde, ¿puedes creerlo? Era verde hermoso, Me quede hipnotizado viéndolo y escuchaba a lo lejos la voz de mi madre regañando a mi hermano y al mismo tiempo pidiéndome que fuera con ella y que tuviera cuidado, pero yo no tuve tiempo de reaccionar justo cuando me voltee y me encontré con un tornado enorme, el más grande que había visto en mi vida. Este me llevo con él, cuando abrí los ojos estaba volando en medio del enorme huracán, se sentía como si estuviera jugando conmigo y de pronto me dejo en el suelo y sentí como si un gigante me hubiera pisado y atravesado con su pie, ese momento fue doloroso. Escuchaba como mis huesos se partían y a mi mama llorando. Luego sentí como el aire entraba dentro de mí y me devolvía la vida, me sano por completo el cuerpo y me lleno de la energía más pura que existía en el universo. Fue algo maravilloso. Ojala me pasara de nuevo, lo único que me queda eres tú. Mi madre había muerto en el intento por salvarme. Había corrido hacia mí pero el viento se la llevo hacia atrás y su cabeza cayó en una inmensa roca.

Era completamente hermosa la historia que me estaba contando Grisel, me imagine como seria ser aplastado por un dios, de hecho ese dios lo había elegido a él, no a su madre, por eso el desecho. En ese momento me di cuenta que Grisel estaba llorando, sus mejillas estaban aun con las lagrimas cayendo. ¡No! Pobrecito. Su madre había muerto en el intento de salvarlo. Le bese pero sus lagrimas no cesaban. Nunca lo había visto llorar, parecía solo un niño asustado aunque caían sus lagrimas él no se movía ni hacia ningún sonido, en cambio yo…

- Mi amor, no llores. Por favor.- Sus lágrimas me daban ganas de llorar pero sabía que si lo hacía eso no ayudaría mucho.

- Fue hace tanto tiempo…- Yo lo abrace sin saber que otra cosa podía hacer para consolarle, nuestros padres habían muerto por la misma razón, para salvarnos. Me di cuenta en ese momento lo mucho que nos parecíamos Gril y yo. Era mi media naranja, habíamos vivido casi lo mismo y pasado por lo mismo. Nos amamos de verdad. Recordé una frase que mis padres me habían dicho hace mucho cuando mi primera mascota murió y se las dije.

- Si lloras por haber perdido el sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas.- En ese momento me pareció que había hablado más bonito de lo que pensaba y Gril dejo de llorar, nos quedamos viéndonos a los ojos por un rato y luego con besamos con demasiado cariño y luego con pasión, Grisel se desabotono su camisa dejando al descubierto sus hermosos músculos y se coloco encima mío como la última vez.

- Si, tu eres mi constelación de estrellas.- Me susurro él en el oído y me quito la camiseta negra que llevaba puesta (Mi camiseta de la suerte, creo que la usare más a menudo porque en verdad me ayuda mucho jajajaja). Electrizada por el contacto de su piel volví a besarle. Con manos temblorosas, me baje los tirantes del sujetador y lo desabroche. Gril me ayudo a desvestirme y luego se quito los pantalones y los lanzo al suelo junto con la demás ropa. Nunca me había sentido tan feliz en mi vida, sentía como el fuego corría por mis venas cada vez que el me tocaba, en ese momento solo estaba pensando en nosotros dos, creo que si alguien hubiera entrado a la habitación no me hubiera importado (aunque pensaba eso sabía que era mentira, obviamente me hubiera importado. Pero menos mal nadie entro.) Me entregue por completo a Grisel, no solo en alma como siempre si no en cuerpo. Y luego todo mi mundo a blanco y negro se volvió color rosa en todo el sentido de la palabra…

Capitulo 22


A la mañana siguiente sentí como algo caminaba por mi espalda desnuda, saliendo del trance de mi sueño lentamente me voltee a ver y era la mano de Grisel que me estaba acariciando la espalda haciéndome dibujos con sus dedos. El me sonrió y yo le devolví la sonrisa, me junte más hacia él y nos abrazamos.

- Buenos días estrellita.- Susurro Gril en mi oído, me di cuenta que me volvía loca cada vez que hacia eso. Este hombre que estaba a mi lado me encantaba. Alce mi mano y le acaricie su cabello oscuro.

- Hola amor mío, ¿pasaste buena noche?- Dije riendo un poco.- Por que yo he pasado una muy buena.

- La mejor en milenios.- Me dijo el sonriéndose. Los dos no nos dejábamos de ver con un cariño infinito, él como si nunca hubiera visto la perfección hasta ahora y yo igual. Ahora si tenía los ojos abiertos, ¡estuve cegada tanto tiempo!

Mi felicidad absoluta termino después de una hora entera hablando con Grisel, estábamos hablando sobre lo que queríamos cuando de pronto sonó la alarma general, casi nunca sonaba eso, lo que quería decir que teníamos que reunirnos todos los ángeles en el lugar de salida. Grisel y yo nos levantamos deprisa y buscamos nuestra ropa, seguro que pasaba algo importante para que nos reunieran a todos. Me termine de poner la camiseta y vi a Grisel esperándome afuera de la habitación, nos cogimos de la mano y salimos corriendo hacia el lugar de reunión. Allí estaban ya la mayoría de los ángeles de la base incluyendo a Laura y Elena, nos saludamos con la mano pero no hablamos. Gril me dejo con ellas y él se fue a preguntarle a alguien que estaba sucediendo. Unos minutos más tarde cuando todos nos encontrábamos allí comenzó a hablar el ángel que había conocido ayer, el que me había entregado la carta de Ald. Solo nos habían reunido para hablarnos de los nuevos aprendices que venían de la ciudad donde Gril y yo comimos, no puede ser, me hubiera quedado un rato más en cama con Grisel. Cuando la corta reunión acabo y todos nos estábamos yendo ese ángel nos llamo a Laura, Elena y a mí. Yo me despedí de Grisel y fui a ver que quería.

- Les tengo buenas noticias, sobre todo para ti Catalina, encontramos a Ald y lo encerramos.- Nos dijo él con una sonrisa enorme.

- ¿Seguro? ¿Y lo tienen encerrado? Eso no pudo ser tan fácil.- Reclame yo pensando que nos estaba gastando una broma.

- Tienes razón, fue muy difícil, y eso que estaba debilitado por los golpees que le diste.- Me dijo a mí de una forma que solo yo pudiera escuchar.- Fue extremadamente peligroso pero estaba muy débil. Lo encerramos en un lugar mágico, mas tarde lo sacaremos y le haremos preguntas sobre muchas cosas.

- Eso es estupendo.- Dijo Elena.- ¿Pero por qué nos dice eso a nosotras y no a todos los ángeles?- La mire e hice un gesto para mostrarle a todos que estaba de acuerdo con lo que preguntaba, también me imito Laura.

- El concejo decidió darles de alta, mañana temprano podrán volver a la Tierra, pero solo por dos semanas para que puedan comprar ropa o lo que quieran y traer cosas. Nosotros les brindaremos dinero si es que lo necesitan.

Laura estaba súper emocionada pues siempre que le decían que le iban a dar dinero y además para comprar ropa comenzaba a chillar de la felicidad, ese era el vicio de Laura.

- ¿Cuánto nos van a dar? –Pregunto Laura completamente interesada. Yo le lance una mirada de advertencia pero ella no me vio.

- Creemos que con 3.000 dólares es suficiente.- A todas la sonrisa se nos agrando, pensé que mi cabeza iba a explotar.

- ¿Lo podemos gastar todo?- Pregunto Laura.

- Laura, por favor no seas mal educada.- Le susurre yo en el oído y le pegue disimuladamente en el brazo, ella se dio cuenta que estaba actuando como una tonta y se disculpo con el ángel.

- No te preocupes, pueden gastarlo todo, de poco nos sirve aquí en este mundo.

Las tres chillamos al tiempo de la emoción cuando nos dieron a cada una 3 mil dólares en efectivo, le dimos las gracias al ángel y fuimos a empacar. No lo podía creer, dos semanas completas en la Tierra, tener tres mil dólares en efectivo, dos semanas sin Grisel, volver a mi casa donde asesinaron a mis padres. ¿Qué? Esperen un segundo. ¡Pasaría dos semanas sin Grisel! Y además volvería al lugar donde mataron a mis padres, seguro ya la clausuraron ¿Dónde voy a ir?

Ahora la idea de volver se me hacia horrenda. Entre a mi cuarto sin saber que hacer hasta que entre Grisel.

- Me voy amor mío, ¿Qué voy a hacer?- Le dije yo recostando mi cabeza en su hombro derecho.

- Si supe que las van a devolver, pero no te preocupes que es poco tiempo, además te quedaras en la casa de Laura, ya hable con ella.

- Dos semanas de vuelven una eternidad sin ti, no quiero dejarte ir luego de que estuvimos tan juntos.- El me beso la frente y me abrazo.

- No te preocupes, piensa como algo positivo, además estaré pasando por ahí. Nunca vas a estar sola, tal vez te invite a comer helado o ir al cine.

- ¿Estarás allí? Ahora sí que estoy feliz de volver. Pero creo que seré yo quien te invite a lugares.- Dije yo señalando el efectivo que me habían dado. Nos pasamos mucho tiempo platicando y empacando mis maletas, llevaba poca ropa porque en la Tierra iba a comprar muchas más prendas y de marca, ahora sí que me sentía como una princesa.

Cuando terminamos de arreglar mis maletas volvimos a unirnos en cuerpo y mente, solo que esta vez fue diferente, anoche fue por cariño y esta vez por deseo.