lunes, 9 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Novena entrega!!

Capitulo 17



El problema de mis padres ya lo estaba superando, Gril me había comprado un pequeño libro y allí yo les escribía cartas a mis padres y de alguna manera sentía que ellos las podían leer. Ese libro era como un diario para que yo me desahogara. Aunque sentía que todo estaba mejorando yo sabía que seguía igual, o incluso que iba a empeorar la situación porque Ald parecía como si me estuviese buscando, por eso dejaron de enviarme a combate y me hicieron quedarme en la base hasta que lo encontraran y mataran o de pronto lo tomaran como esclavo para que le diera respuestas a la base. Pero aun así con toda esta situación me sentía feliz, lo cual era un gran progreso. Todos los días Gril venía a verme y hablábamos toda la tarde, incluso una parte larga de la noche, pero nunca se había quedado a dormir de nuevo hasta una noche que recuerdo muy bien por lo feliz que estaba de mantenerlo a mi lado. Fue una noche en la que había terminado la clase de lucha que tenía una vez a la semana con mi profesor, yo estaba en mi cuarto con mi ropa de dormir ya puesta que era una pantaloneta corta de color azul y una camiseta despegada blanca. Yo estaba recostada en mi cama escuchando música cuando Gril toco a la puerta y entro. Se sentó a mi lado y nos besamos una vez.

- Hola princesa, te tengo que confesar que te he extrañado mucho este día.- Me había dicho el con los ojos cerrados y nuestros rostros casi rozándose.

- Yo también he pensado en ti todo el día mi amor.- Nos besamos tiernamente y luego nos quedamos mirando fijamente nuestros ojos.

- Me encantaría que pudiéramos irnos los dos solos de viaje a alguna montaña, en una cabaña donde nadie nos pudiera molestar, ni ver.- Cuando dijo esto pegamos aun mucho mas nuestros cuerpos y nos besamos apasionadamente, yo sentí por un momento que no podía respirar y que el sentimiento estaba arrasando conmigo, fue entonces cando nos abrazamos y Gril se ubico encima mío poniendo su pierna derecha entre las mías y acariciándome el cuerpo. Yo no estaba entrando en razón cuando de un momento a otro ya me hallaba sin la pantaloneta puesta y Gril con su pecho al descubierto. Yo bebí de su beso como si fuera un hermoso oasis en medio del desierto pero antes de poder continuar a bases mayores Gril se detuvo. Aparto mis labios de los suyos y recostó su cabeza al lado de la mía, yo sentía su agradable respiración en mi cuello y escuchaba nuestras respiraciones irregulares.

- No podemos continuar Catalina, este asunto se nos saldría de las manos.- Me susurro Gril en mi oído. Yo lo entendía perfectamente, solo que yo no había podido entrar en razón como había hecho él para separarnos. Gril se levanto y luego se recostó a mi lado en la cama. Nos quedamos un rato de esta manera hasta que yo me levante tímidamente y me volví a poner mi pantaloneta, no podía creer lo que casi íbamos a hacer. Me quede sentada un buen rato hasta que comencé a hablar.

- ¿Puedes quedarte esta noche conmigo?

- Pero ya sabes lo que ocurrió la última vez, sería un desastre completo que nos volvieran a encontrar de ese modo.- Me respondió el un poco sorprendido por mi pregunta.

- Por favor.- Le suplique poniéndome de rodillas.- Me encanta tenerte a mi lado, sobre todo la sensación que tuve esa mañana cuando vi que estabas a mi lado. Y esta vez te prometo que le pondré seguro a la puerta para que nadie pueda entrar.- Gril no se podía resistir a mis ojos de perrito triste y accedió a quedarse una noche más.

En resumen todo había mejorado un poco. Excepto cuando me paraba a pensar en que un monstro maniático me estaba buscando y me asustaba un poco que yo quería que me encontrara para poder matarlo. Yo me sentía relajada, era el mismo sentimiento que tenía cuando entraba en vacaciones de final de año. También comencé a hablar más seguido con las únicas amigas que tenia, hace días que no había podido hablar por ratos largos para hacer cosas normales como contarnos chismes o reírnos.

Yo cada día deseaba mas estar con Gril, es como si estar juntos por más tiempo me hiciera quererlo mucho más, creo que éramos la pareja más feliz del mundo. No me imagino que dirían mis padres si se dieran cuenta de lo juntos que pasábamos Gril y yo. Aunque la ``conversación´´ ya me la habían dado como dos veces con mis anteriores novios (que solo habían sido 2). Y era una situación muy, muy vergonzosa. Me pregunto si alguna vez conoceré a los padres de Gril. Me encantaría saber de dónde saco su color de ojos, jajaja.



Capitulo 18





Mi vida se había vuelto completamente monótona y ya me estaba desesperando, hasta el punto en que un día en mi cuarto una cana en mi pelo, ¡eso no es posible! En ese momento note cuanto me afectaba hacer lo mismo por mucho tiempo, yo no podía seguir allí encerrada, ya me había acostumbrado un poco a las salidas de caza de espectros o los malvados. Le conté todas mis preocupaciones a Gril y el solo dijo que me lo tomara con calma y que él se estaba preocupando por mi deseo de venganza, y yo como una tonta cegada por mis sentimientos le subí el tono de voz al preguntarle que como se le ocurría decir todas esas cosas. El encierro me estaba alterando por completo, yo me veía como si me estuviera tomando 5 tazas de café diarias.

Un día ya no pude soportar mucho mas y salí a escondidas de mi habitación y me cole entre las tropas de ángeles que iban a salir a la caza. Yo no estaba en ese momento para nada racional. Me había cambiado mi aspecto por completo de angel y nadie me reconoció, casi grito de la felicidad cuando vi la puerta hacia la Tierra abriéndose por completo. Fui casi la primera en pasar (en realidad fui la segunda pues no podíamos nunca adelantarnos al líder del grupo. Yo no podía dejar de sonreír como una lenta hasta que decidí guardarme toda esa emoción para mis adentros porque podría levantar sospechas y me devolverían a la base.

Esta vez llegamos a España, Madrid. Nos encontrábamos en un lugar más o menos cerca de Toscana Taberna (Calle de Manuel Fernández y Gonzales, 10, 28014), nos encontrábamos exactamente en un lugar llego de arboles al lado de la Colección del Observatorio Astronómico Nacional que se veía hermosísimo. Yo me concentre en detectar a los espectros, me encontraba casi sedienta de venganza, quería matarlos a todos en ese mismo instante. Para completar mi dicha encontramos a un grupo grande de espectros en casi un minuto. Sin pensarlo dos veces (porque los espectros se veían desprevenidos) nuestro guía nos mando a matarlos, yo disfrute de la masacre, algunas veces me regresaba a rematar los cuerpos de los caídos. Me sentía como si mi espada me estuviera suplicando de su sangre y yo no tenía ningún motivo para negársela. Cuando arrasamos con todo el grupo que se hallaba allí nuestro líder nos estaba reuniendo a todos en una cafetería pero mi instinto, más poderoso que nunca me señalaba donde habían mas malvados. Decidí dejarme llevar por mi instinto, porque en realidad ellos no se iban a tomar la molestia de buscarme porque yo no me encontraba en la lista, yo me había colado en último momento. Mi instinto me hizo recorrer todo el Paseo del Duque Fernán Núñez hasta que me llevo a la Plaza del Niño Jesús donde camine hasta ubicarme justo en el centro del lugar entre las sombras. ¿Mi instinto había fallado? Yo no veía a nadie en ese lugar. De pronto lo sentí de nuevo, esta vez con más fuerza y de la oscuridad salió la figura de Ald caminando relajado. Lo primero que pensé fue que había caído en una trampa de nuevo, que él me había guiado hasta ese lugar pero me di cuenta que él no sabía que yo lo estaba viendo. Tenía que aprovechar esta oportunidad para matarlo, si la dejaba pasar podía que nunca más la pudiera volver a tener. Lentamente coloque mi mano donde guardaba mi espada y me aliste para atacarle. Justo cuando él me dio la espalda yo salte encima de él. El en verdad no se había dado cuenta de mi presencia por lo que no tuvo tiempo de reaccionar. Él quedo boca debajo de una manera demasiado rara para un cuerpo normal y yo coloque mi espada alrededor de su cuello. En ese momento mientras que Ald gritaba del dolor examine la situación en la cual estábamos. Yo estaba cómodamente sentada en la espalda de Ald mientras que a él le salía sangre de la cabeza porque había caído en una roca, tenía un hombro dislocado y le había roto una pierna. Yo estaba sorprendida, no podía creer que solo por saltarle encima le hubiera causado tantos daños. El giro la cabeza lo más que podía para poder verme.

- ¿Quién carajos eres tú? ¿Te has vuelto loca o que te sucede? Obviamente no sabes quién soy yo.- Dijo él con su voz un poco desgarradora y yo lo único que hice fue sonreír por saber cuánto daño le estaba causando.

- ¿Ahora no sabes quién soy? Pobre Ald. Poor Ald, poor Ald. Y segundo: Yo sé quién eres, un pobre demonio aplastado como debe de ser por alguien muy superior a él.- No podía dejar de sonreir, mi victoria estaba tan cerca que no pensaba en nada más.

- Estúpido ángel, ¿Quién te crees? Solo eres alguien común de tu estúpida raza. Obviamente que no sé quién eres, ahora bájate de mi o mátame, no tienes ninguna excusa para mantenerme con vida.- ¿Enserio que no me reconocía? En ese momento recordé que antes de salir había cambiado de forma para poder colarme a la cacería. Volví a mi forma normal y afloje un poco la espada para que el pudiera verme mejor.

- ¿Ahora sabes quién soy?- Le pregunte con una sonrisa que parecía tapas todo mi rostro, la venganza es dulce como la miel [Pero hay quienes dicen que el que va a buscar venganza a una persona, antes tiene que cavar dos tumbas: La de esa persona y la de uno] Ald giro la cabeza y cuando me vio note como su rostro cambiaba a terror.

- Es imposible. Tú no puedes estar encima mío, se supone que yo debo matarte.- Dijo con puro enfado pero yo seguía sonriendo.

- Ah… Lo lamento.- Dije obviamente con sarcasmo. Enterré un poco mas mi espada en su cuello lo que hizo el el chillara.- Necesito unas respuestas que solo tú me brindaras. Espero que colabores o si no tu muerte será lenta y muy dolorosa. Talvez primero comience quitándote los dedos del pie, o simplemente descuartizándote como le hiciste a mi padre.

- Esta bien, yo hablare, tranquila que yo te responderé con la verdad.- Dijo él, en sus ojos se le alcanzaba a ver el miedo que tenia.

- ¿Tu mataste a mis padres?

- Ehh… Si.- En ese momento quite mi espada de su cuello y le hice una cortada profunda en la pierna, seguro que le iba a quedar cicatriz. El lanzo otro grito.

- Ya sabes porque fue eso. Desgraciado. ¿Por qué los mataste?

- Estaba siguiendo unas órdenes.

- ¿De quién?

- El rey de la raza del sur, Hipólito.- De repente como una llama de luz recordé la historia que nos había contado Gril la primera vez que nos habíamos visto. La historia de la creación, donde el ermitaño Hipólito había mandado a pelear a los de la raza del sur, y como él había terminado en una caja mágica o algo parecido.

- Pero ¿él no fue el que estaba encerrado en algo mágico siglos atrás? ¿No debería de estar muerto?

- En nuestro mundo (el de las dos razas) nosotros llegamos a un punto donde ya no crecemos mas y nos volvemos algo así como inmortales, aunque si nos podemos morir si nos asesinan, simplemente te quedas congelado en el tiempo y no envejeces nunca. Y le puedes ir diciendo a tu gentusca que nosotros ya liberamos a nuestro rey y que pronto ustedes serán los que estén estancados en este horrible mundo.

- Cálmate o te quito la nariz. ¿Por qué te mandaron a matar a mis padres?

- Para que te entregara un mensaje, lo escribí en una hoja y la coloque al lado del cadáver de tu madre, ¿No la viste?

- Yo soy la única que hago las preguntas aquí. Dime qué fue lo que escribiste.

- Eso significa que no la vista, increíble. Me mandaron a matar a tus padres para avisarles que una nueva era comenzaba y que ya sabíamos que habían encontrado a su princesa y algo sobre una profecía que yo no escribí y blah, blah, blah. Algo que me pareció muy enredado. Las profecías nunca dicen algo como: tienes que hacer esto o te va a pasar exactamente esto. Las profecías siempre hablan como si no quisieran ser comprendidas, siempre llenas de adivinanzas y cosas por el estilo. Yo las odio.

- Cómprate una alcancía y ahórrate tus comentarios. Aquí nadie te ha dado el derecho de hablar de lo que pensabas o sentías.

- ¿Quieres preguntarme algo más? Porque tu tiempo se está agotando.- Dijo el señalando con su mirada los alrededores. Estábamos rodeados de espectros, yo no había tenido tiempo de matar a Ald por lo que me maldije. Tenía dos opciones, o lo mataba y ellos me mataban a mí o salía corriendo porque realmente no tenía oportunidad contra ellos pues eran como 100 malvados. Decidí irme corriendo pues yo valoraba demasiado mi vida. Mientras que me levantaba trate de comenzar a correr y clavarle la espada a Ald sin dejarla clavada pero lo único que conseguí en mis apuros fue unirla en los músculos de su espalda y cortarle toda la espalda desde el comienzo de los hombros hasta su cintura y me fui corriendo lo mas que pude por el Paseo de Uruguay que era un camino más corto que por el que había llegado a la plaza. No deje de correr hasta que encontré a mi grupo de ángeles y me transforme de nuevo en un ángel desconocido, casi al instante regresamos a la base donde entre rápidamente a mi cuarto completamente cansada. Me di un baño de agua caliente y me dormí al instante.







2 comentarios:

  1. simplemente lo ame! eres excelente sigue asi porfavor y muchas gracias por subirla

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  2. Muy bueno el formato de tu blog y muy audaz lo tuyo por subir una novela. Esa es una deuda pendiente que tengo conmigo mismo.
    Espero que sigas así. La novela te da la posibilidad de desarrollar todo tu potencial creativo sin límites ni pausas. Es lo mejor que hay. Esto lo digo como lector ya que amo la novela más que al cuento. Como escritor confieso que soy un poco vaga y me quedo en el cuento y el ensayo.
    Te mando un abrazo.

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