martes, 10 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Entrega numero 11!!!

Capitulo 21

- ¿Pasa algo malo?- Dijo el lleno de preocupación. Yo tenía la mirada baja, no tenía ni idea de cómo le iba a preguntar esto ni tampoco de que forma el iba a reaccionar. Grisel puso dos dedos de su mano derecha debajo de mi barbilla y me obligo a verle pero yo desviaba los ojos.- Mírame. Pensé que ya todo estaba solucionado.- Yo no le respondí y sentí el desespero en su mano pero su rostro seguía igual.- Háblame que no soy adivino Catalina, ¿Te pasa algo?

- Si, pasa algo.- Alcance a decir con un hilo de voz. El espero a que siguiera pero me demore un poco en continuar con lo que estaba diciendo.- ¿Me prometes que no te enfadaras?- El espero un poco de tiempo pensándolo (yo esperaba que dijera enseguida algo como: claro que no me enfadare. Pero todo era diferente con Gril)

- Te lo prometo.- Dijo el volviéndome a mirar a los ojos. Aun me estaba levantando la cara con su mano.

- ¿Cuántos años tienes?- Me sentí como en la parte de la película ``Crepúsculo´´ que todo el mundo se sabía.

- 20 años, pensé que ya lo sabías.

- Es que aquí va la pregunta de verdad.- Dije yo y me di cuenta que el ya había captado lo que iba a venir pero no intervino en lo que iba a decir.- ¿Hace cuanto que los tienes?- El se quedo mudo de sorpresa y esta vez fue él quien bajo la mirada. Yo rápidamente comencé a hablar para que el no se arrepintiera de decirme la respuesta a esa pregunta.- Te juro que no me enfadare, los dos sabemos que es lo que pasa con tu edad pero yo solo tengo curiosidad de cuánto tiempo y porque lo escondes de ese modo.

- Yo… No sé, no te puedo responder eso.- Yo claramente me enfade un poco. ¿De dónde viene tanto secreto? Los dos sabíamos lo de su edad ¿Por qué no lo decía? Grisel se dio cuenta que yo me estaba enfadando y hablo otra vez rápido.- No es que no quiera, te lo juro. Me encantaría contarte desde hace cuanto pero lo que pasa es que… No me acuerdo.- Yo me sorprendí y no pude ocultar una risa que me salió.

- ¿Qué?- Pregunte yo aunque sabía que había escuchado perfectamente.

- Yo te conté que dicha guerra comenzó hace milenios, ¿Cómo rayos voy acordarme en qué fecha naci?- Los dos nos reímos por eso. Creo que yo tampoco lo recordaría nunca ni aunque me pagaran jajajaja.- Creo que la soy considerado un anciano.

- ¿Te puedo preguntar otra cosa?

- Claro que si amor mío.

- ¿Cómo fue?- Grisel se veía relajado como la primera vez que despertamos juntos. El se recostó en la cama junto a mí y puso sus brazos detrás de su cabeza.

- Hermoso. Fue hace demasiado tiempo pero nunca lo olvidare. Yo iba caminando por todas las tierras que tenía en aquel entonces, yo era hijo de un hombre muy importante que vivía del comercio, tal vez conocía mi nombre. En esos tiempos lo que se llamaba padre era solo una figura olvidadiza. Yo pasaba mucho tiempo con mi madre pero cuando cumplí los 20 años decidí irme por mi cuenta, me convertí en soldado por poco tiempo y luego mi padre murió, el me heredo todas sus tierras lo que hizo que mi hermano pequeño me odiara.

- Hipólito.

-Exacto, yo nunca tuve una buena relación con él. Pero eso no importa ya, te estaba contando cómo fue que paso. Un dia que estaba caminando por mis tierras, como ya te había dicho, vi de pronto como el dia se tornaba verde, ¿puedes creerlo? Era verde hermoso, Me quede hipnotizado viéndolo y escuchaba a lo lejos la voz de mi madre regañando a mi hermano y al mismo tiempo pidiéndome que fuera con ella y que tuviera cuidado, pero yo no tuve tiempo de reaccionar justo cuando me voltee y me encontré con un tornado enorme, el más grande que había visto en mi vida. Este me llevo con él, cuando abrí los ojos estaba volando en medio del enorme huracán, se sentía como si estuviera jugando conmigo y de pronto me dejo en el suelo y sentí como si un gigante me hubiera pisado y atravesado con su pie, ese momento fue doloroso. Escuchaba como mis huesos se partían y a mi mama llorando. Luego sentí como el aire entraba dentro de mí y me devolvía la vida, me sano por completo el cuerpo y me lleno de la energía más pura que existía en el universo. Fue algo maravilloso. Ojala me pasara de nuevo, lo único que me queda eres tú. Mi madre había muerto en el intento por salvarme. Había corrido hacia mí pero el viento se la llevo hacia atrás y su cabeza cayó en una inmensa roca.

Era completamente hermosa la historia que me estaba contando Grisel, me imagine como seria ser aplastado por un dios, de hecho ese dios lo había elegido a él, no a su madre, por eso el desecho. En ese momento me di cuenta que Grisel estaba llorando, sus mejillas estaban aun con las lagrimas cayendo. ¡No! Pobrecito. Su madre había muerto en el intento de salvarlo. Le bese pero sus lagrimas no cesaban. Nunca lo había visto llorar, parecía solo un niño asustado aunque caían sus lagrimas él no se movía ni hacia ningún sonido, en cambio yo…

- Mi amor, no llores. Por favor.- Sus lágrimas me daban ganas de llorar pero sabía que si lo hacía eso no ayudaría mucho.

- Fue hace tanto tiempo…- Yo lo abrace sin saber que otra cosa podía hacer para consolarle, nuestros padres habían muerto por la misma razón, para salvarnos. Me di cuenta en ese momento lo mucho que nos parecíamos Gril y yo. Era mi media naranja, habíamos vivido casi lo mismo y pasado por lo mismo. Nos amamos de verdad. Recordé una frase que mis padres me habían dicho hace mucho cuando mi primera mascota murió y se las dije.

- Si lloras por haber perdido el sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas.- En ese momento me pareció que había hablado más bonito de lo que pensaba y Gril dejo de llorar, nos quedamos viéndonos a los ojos por un rato y luego con besamos con demasiado cariño y luego con pasión, Grisel se desabotono su camisa dejando al descubierto sus hermosos músculos y se coloco encima mío como la última vez.

- Si, tu eres mi constelación de estrellas.- Me susurro él en el oído y me quito la camiseta negra que llevaba puesta (Mi camiseta de la suerte, creo que la usare más a menudo porque en verdad me ayuda mucho jajajaja). Electrizada por el contacto de su piel volví a besarle. Con manos temblorosas, me baje los tirantes del sujetador y lo desabroche. Gril me ayudo a desvestirme y luego se quito los pantalones y los lanzo al suelo junto con la demás ropa. Nunca me había sentido tan feliz en mi vida, sentía como el fuego corría por mis venas cada vez que el me tocaba, en ese momento solo estaba pensando en nosotros dos, creo que si alguien hubiera entrado a la habitación no me hubiera importado (aunque pensaba eso sabía que era mentira, obviamente me hubiera importado. Pero menos mal nadie entro.) Me entregue por completo a Grisel, no solo en alma como siempre si no en cuerpo. Y luego todo mi mundo a blanco y negro se volvió color rosa en todo el sentido de la palabra…

Capitulo 22


A la mañana siguiente sentí como algo caminaba por mi espalda desnuda, saliendo del trance de mi sueño lentamente me voltee a ver y era la mano de Grisel que me estaba acariciando la espalda haciéndome dibujos con sus dedos. El me sonrió y yo le devolví la sonrisa, me junte más hacia él y nos abrazamos.

- Buenos días estrellita.- Susurro Gril en mi oído, me di cuenta que me volvía loca cada vez que hacia eso. Este hombre que estaba a mi lado me encantaba. Alce mi mano y le acaricie su cabello oscuro.

- Hola amor mío, ¿pasaste buena noche?- Dije riendo un poco.- Por que yo he pasado una muy buena.

- La mejor en milenios.- Me dijo el sonriéndose. Los dos no nos dejábamos de ver con un cariño infinito, él como si nunca hubiera visto la perfección hasta ahora y yo igual. Ahora si tenía los ojos abiertos, ¡estuve cegada tanto tiempo!

Mi felicidad absoluta termino después de una hora entera hablando con Grisel, estábamos hablando sobre lo que queríamos cuando de pronto sonó la alarma general, casi nunca sonaba eso, lo que quería decir que teníamos que reunirnos todos los ángeles en el lugar de salida. Grisel y yo nos levantamos deprisa y buscamos nuestra ropa, seguro que pasaba algo importante para que nos reunieran a todos. Me termine de poner la camiseta y vi a Grisel esperándome afuera de la habitación, nos cogimos de la mano y salimos corriendo hacia el lugar de reunión. Allí estaban ya la mayoría de los ángeles de la base incluyendo a Laura y Elena, nos saludamos con la mano pero no hablamos. Gril me dejo con ellas y él se fue a preguntarle a alguien que estaba sucediendo. Unos minutos más tarde cuando todos nos encontrábamos allí comenzó a hablar el ángel que había conocido ayer, el que me había entregado la carta de Ald. Solo nos habían reunido para hablarnos de los nuevos aprendices que venían de la ciudad donde Gril y yo comimos, no puede ser, me hubiera quedado un rato más en cama con Grisel. Cuando la corta reunión acabo y todos nos estábamos yendo ese ángel nos llamo a Laura, Elena y a mí. Yo me despedí de Grisel y fui a ver que quería.

- Les tengo buenas noticias, sobre todo para ti Catalina, encontramos a Ald y lo encerramos.- Nos dijo él con una sonrisa enorme.

- ¿Seguro? ¿Y lo tienen encerrado? Eso no pudo ser tan fácil.- Reclame yo pensando que nos estaba gastando una broma.

- Tienes razón, fue muy difícil, y eso que estaba debilitado por los golpees que le diste.- Me dijo a mí de una forma que solo yo pudiera escuchar.- Fue extremadamente peligroso pero estaba muy débil. Lo encerramos en un lugar mágico, mas tarde lo sacaremos y le haremos preguntas sobre muchas cosas.

- Eso es estupendo.- Dijo Elena.- ¿Pero por qué nos dice eso a nosotras y no a todos los ángeles?- La mire e hice un gesto para mostrarle a todos que estaba de acuerdo con lo que preguntaba, también me imito Laura.

- El concejo decidió darles de alta, mañana temprano podrán volver a la Tierra, pero solo por dos semanas para que puedan comprar ropa o lo que quieran y traer cosas. Nosotros les brindaremos dinero si es que lo necesitan.

Laura estaba súper emocionada pues siempre que le decían que le iban a dar dinero y además para comprar ropa comenzaba a chillar de la felicidad, ese era el vicio de Laura.

- ¿Cuánto nos van a dar? –Pregunto Laura completamente interesada. Yo le lance una mirada de advertencia pero ella no me vio.

- Creemos que con 3.000 dólares es suficiente.- A todas la sonrisa se nos agrando, pensé que mi cabeza iba a explotar.

- ¿Lo podemos gastar todo?- Pregunto Laura.

- Laura, por favor no seas mal educada.- Le susurre yo en el oído y le pegue disimuladamente en el brazo, ella se dio cuenta que estaba actuando como una tonta y se disculpo con el ángel.

- No te preocupes, pueden gastarlo todo, de poco nos sirve aquí en este mundo.

Las tres chillamos al tiempo de la emoción cuando nos dieron a cada una 3 mil dólares en efectivo, le dimos las gracias al ángel y fuimos a empacar. No lo podía creer, dos semanas completas en la Tierra, tener tres mil dólares en efectivo, dos semanas sin Grisel, volver a mi casa donde asesinaron a mis padres. ¿Qué? Esperen un segundo. ¡Pasaría dos semanas sin Grisel! Y además volvería al lugar donde mataron a mis padres, seguro ya la clausuraron ¿Dónde voy a ir?

Ahora la idea de volver se me hacia horrenda. Entre a mi cuarto sin saber que hacer hasta que entre Grisel.

- Me voy amor mío, ¿Qué voy a hacer?- Le dije yo recostando mi cabeza en su hombro derecho.

- Si supe que las van a devolver, pero no te preocupes que es poco tiempo, además te quedaras en la casa de Laura, ya hable con ella.

- Dos semanas de vuelven una eternidad sin ti, no quiero dejarte ir luego de que estuvimos tan juntos.- El me beso la frente y me abrazo.

- No te preocupes, piensa como algo positivo, además estaré pasando por ahí. Nunca vas a estar sola, tal vez te invite a comer helado o ir al cine.

- ¿Estarás allí? Ahora sí que estoy feliz de volver. Pero creo que seré yo quien te invite a lugares.- Dije yo señalando el efectivo que me habían dado. Nos pasamos mucho tiempo platicando y empacando mis maletas, llevaba poca ropa porque en la Tierra iba a comprar muchas más prendas y de marca, ahora sí que me sentía como una princesa.

Cuando terminamos de arreglar mis maletas volvimos a unirnos en cuerpo y mente, solo que esta vez fue diferente, anoche fue por cariño y esta vez por deseo.

Los cinco elementos. Decima entrega

Capitulo 19

Haber hablado con mi enemigo me había dado mucha información sobre lo que quería, creo que no me arrepiento no haberle matado desde el principio. Me sentía poderosa por haber vencido, aunque sabía que la próxima vez podría ser yo la vencida y que esa vez yo podría quedar muerta. No podía hablarle a nadie sobre lo que sabía pues no me dejarían ni siquiera salir de mi habitación para cualquier cosa porque pensarían que intentaría de nuevo fugarme, y no los culpo porque sé que lo haría. Pero aunque nadie se podía enterar de lo ocurrido tenía que encontrar la supuesta carta que Ald había dejado con mis padres, estaba por completo segura que los ángeles me la estaban ocultando a toda costa. Recordé que hace algún tiempo no hablaba con Gril por culpa de mi desespero, y aunque sabía que lo que hiba a hacer iba a terminar con nuestra relación por completo tenía que encontrarlo y preguntarle donde estaba la misteriosa carta. No podía dejar las cosas de ese modo. Ojala nunca me hubiera pasado todo esto, para poder seguir con mi vida normal, yendo al horrible colegio y estar con mis amados padres. Quisiera tener una vida completamente normal. Justo cuando estaba pensando todas estas cosas de suerte Gril toco a la puerta de mi habitación. Me arregle rápidamente sacando las pocas lagrimas que rodaban por mis mejillas y abrí rápidamente la puerta. Gril iba vestido con su camiseta azul suelta y sus pantalones caquis favoritos. Sentí pena por el por lo que iba a hacer a continuación.

- ¿Necesitas algo?- Dije yo con la barbilla en alto.

- ¿Qué? Más bien la pregunta es esta y es para ti ¿Qué te pasa?- En los ojos de el se notaba su preocupación pero su rostro parecía igual de impenetrable que siempre. Pensé que yo iba a comenzar a llorar en cualquier instante pero me trague mis penosas lágrimas.

- Lo que me pasa es que todo el mundo me está ocultando algo, lo peor es que tu ere parte de ellos. Qué tristeza, mi querido novio me engaña de la forma más cruel que se pueda conocer.- Cruce mis brazos sobre mi pecho para que pudiera sentir mi enfado.

- ¿De qué estás hablando? Yo nunca te he engañado con nada. Pienso que deberíamos hablar por un momento y arreglar lo nuestro pero eres tu quien lo está destruyendo. Por esa razón he venido aquí.

- Estoy hablando sobre dicha carta de que nadie me hablo y que es para mí.- Dije yo exigiendo que me la diera.

- Yo ya te entregue la carta que escribieron tus padres ¿De qué estás hablando? Te has vuelto loca, mujer.- Yo no aguante mas y le grite con toda claridad para que me entendiera.

- ¡La carta escrita por Ald donde hablaba por que mataba a mis padres¡ - Nos quedamos callados los dos por unos segundos que me parecieron interminables pero gracias al cielo Gril fue el que comenzó a hablar.

- No puedo creerlo. ¿De dónde has sacado tanta información? ¿Quien te lo ha dicho?

- Eso no es de tu incumbencia. Yo soy la que tiene derecho a hacer las preguntas aquí.- Recordé la anterior noche donde le había dicho lo mismo a Ald, me sentí una vagabunda por tratarles como iguales al ser que más quería y al ser más repugnante del universo.- Entrégame esa carta ahora mismo.- Gril se había quedado sin palabras, simplemente se dio la vuelta e hizo un gesto con la mano para que le siguiera, yo no había cambiado mi rostro de enfado ni nada por el estilo. Me di cuenta que Gril no me miro en ningún momento, era como si yo no estuviera allí o como si estuviera guiando a un fantasma. Yo sabía que había destrozado su corazón pues el solo había ido a mi cuarto para arreglarnos pero yo le había cambiado por completo los planes. Luego hablaría con el pero primero se me hacía mucho más importante la carta de Ald. Yo arreglaría las cosas con Gril mas tarde.

Llegamos a una habitación subterránea donde estaba llena de ángeles que parecían trabajar sin parar, seguro que allí era donde se buscaban a la raza del sur. Me pareció algo fascinante, tenían unos instrumentos rarísimos que no había visto en mi vida. Gril se detuvo a hablar en voz baja con el guardia que estaba allí aunque yo les alcanzaba a escuchar pequeñas partes como:

- … Ella lo sabe todo… Necesito entregársela… Sabíamos que este día iba a llegar de algún modo… Déjanos entrar. – Solo entendía lo que decía Gril pues el guardia la mayoría de las veces solo movía la cabeza para darse a entender sin hablar. Después de un tiempo el guardia nos dejo entrar y nos guio a una puerta que se hallaba al fondo y la abrió con las llaves que colgaban de su cinto. Gril y yo entramos a un lugar que era hermoso. Completamente blanco, su estructura parecía de alto nivel electrónico (si nos encontráramos en la Tierra porque aquí todo era diferente) y su techo era altísimo. En mitad de la sala se encontraba un ángel que se veía adulto por culpa de su pelo blanco pero en sus fracciones se le veía más joven. Tenía unas enormes alas que podían cubrirlo pos completo, se le veían hermosas.

- Bienvenidos.- Exclamo el mirándonos a los dos.- Bueno, aquí ya había entrado Gril pero tú, muchacha, nunca te había visto por aquí.- Yo no supe que responder y simplemente le sonreí. Cuanto deseaba que en este momento tuviera a Gril apoyándome en lo que estaba haciendo. Pero el estaba actuando como si lo que estuviera pasando allí no fuera con él, el parecía en una nube. – Catalina, tu no deberías estar aquí pero estas en completo derecho al decir que esto es contigo y pedir la carta que nos encontramos esa noche. Tristemente te la entregare. Toda la base habíamos decidido no entregártela para que no sufrieras pero no pensamos en que tú te ibas a dar cuenta o que alguien te iba a decir.- Dijo el mirándome solamente a mí, Gril estaba caminando por todo el lugar mirando las cosas como si estuviera en alguna exposición.- Por cierto Catalina, ¿Supiste que nos dieron la noticia de que el gran príncipe Ald de la raza del sur está muy mal herido? Parece que alguien le ataco desprevenido, ese alguien debió de tener fuerzas mayores a las nuestras, pues, lo dejo por completo desfigurado, seguro quedaran cicatrices.- No lo podía creer, el lo sabía, ahora solo me quedaba esperar a que los ángeles entraran por todos los lados de la habitación y me encerraran en mi cuarto. Este iba a ser mi fin, pero aun así decidí disimular sorpresa.

- No lo puedo creer, debió de ser alguien muy bueno luchando.- Dije antes de pensar, hasta yo misma me sorprendí al escuchar mi voz completamente serena. Gril había pasado su atención a nuestra conversación, se notaba que él no sabía nada de eso. Yo lo fulmine con la mirada pero el no se dio cuenta. Parecía que todo el mundo estaba en mi contra pero no importaba demasiado, descubriría el horrible mensaje que escribieron los de la raza del sur. El ángel se dirigió hacia lo que parecía una caja fuerte pero cuando la abrió solo estaba llena de papeles. Contuve el aliento al ver que se dirigía hacia mí con una hoja de papel arrugada en su mano. Estaba a pocos segundos de descubrir casi toda la verdad.

- ¿Y si no se la damos?- Escuche la voz de Gril a lo lejos pero la escuche.

- Porque yo ya sé que la tienen y tu eres el único que quiere seguir con esta farsa.- Desee de todo corazón que el ángel no hubiera cambiado de opinión y me sentí feliz y relajada al ver que el extendía la carta hacia mí. Yo la cogí con mis dos manos como si fuera mi más grande secreto y dándole las gracias al ángel me marche con Gril. Antes de que el se fuera corriendo a donde sea que siempre iba yo lo retuve contra la pared pero el seguía sin mirarme.

- Lamento que todo esto esté pasando Gril, te juro que no es nada contra ti así que te ruego que luego de esto no me trates como si no existiera porque yo soy real. Sé que en este momento son palabras sin ningún sentido y que Talvez para ti no signifiquen nada pero quiero que sepas que yo te amo más que a cualquier cosa en el universo, por favor entiéndeme que me he puesto paranoica con la situación de mis padres. Perdóname.- Dije yo mientras que le veía a la cara para que me viera pero el no lo hizo durante un tiempo que parecía estar pensando pero luego de unos segundos clavo sus ojos tristes en mí y me beso lentamente, en ese beso pude sentir lo que el sentía y el lo que yo sentía, los dos lloramos juntos por todo lo malo que nos estaba pasando y luego nos despedimos con otro beso, pero esta vez fue uno despreocupado, se parecía a uno feliz pues los dos habíamos encontrado a alguien con quien compartir por lo que estábamos pasando. Corrí hacia mi habitación y me encerré en ella para leer la carta que tenia entre mis manos.



Capitulo 20


Querida mía:



Una lástima total que no hayas venido a la fiesta que organizamos para tus padres, la muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor. Te preguntaras el porqué de la situación y el quien la hizo y te prometo que te puedo responder las dos juntas en este pedazo de papel. Te aseguramos que ya sabemos que eres tú la heredera al trono y la verdad es que no dejaremos de perseguirte hasta que nos lo entregues. No creas que es algo personal, simplemente es algo que nosotros queremos y que tu nos serias de gran ayuda para conseguirlo.



Una nueva era a comenzado, nuestro oráculo ha hablado y el de ustedes también pero ustedes no saben escuchar. En unos meses nos reuniremos para crear la guerra definitiva. ``No hay quien se esconda de la guerra definitiva, todos seguirán un camino que los llevara a ese lugar. No está marcado el día ni la hora ni el lugar, no se preocupen que los dioses se encargaran de eso. Ustedes sabrán cuando y donde es cuando ya estén llegando allí. Solo uno vencerá, el ganador será recibido con vida de los dioses, el perdedor estará en una condena interminable por siglos hasta que deje de ser de utilidad. Esta es la nueva profecía donde los dos mundos sucumbirán.´´



¿Qué significaba que el ganador lo llenarían de vida de los dioses? ¿Quién iba a ser el ganador? ¿Iba yo a ser parte de esta lucha? Esa profecía decía que el destino nos llevaría a el lugar de la batalla así lo quisiéramos o no. ¿Yo también llegaría a ese lugar? Yo no tenía la menor intención de ser parte de una masacre. Tenía miedo. Me levante de mi cama y fui a la sala donde el ángel me había entregado la carta. ¿Por qué todo el mundo quería ocultármela? No es que hubiera sufrido mucho leyéndola, de verdad, al principio me enfade por la mención de mis padres pero ese sentimiento se fue borrando al leer la profecía. Llegue a la habitación custodiada por el enorme guardia y yo no sabía que decirle. Simplemente él se dio cuenta que tenia la carta en las manos y me guio de nuevo a la sala donde (gracias al cielo) aun se encontraba el ángel. El guardia nos dejo solos y yo me senté en una silla pequeña que había a mi lado después de haberle entregado la carta.


- Entonces dime, ¿Quieres hablar sobre la carta?- Pregunto el esperando a que le preguntara cosas de mis padres pero yo no deje nada sobre eso.

- Si, ¿Qué significa que ``El ganador será recibido con vida de los dioses´´?- El se sorprendió un poco de que le preguntara sobre la profecía pero de igual modo contesto a mi pregunta.

- Hace mucho se creía que los dioses tocaban el mundo cada año y el que fuera tocado por ellos recibiría la vida de los dioses, eso consistía en algo así como un don, eso quería decir que el tocado recibiría vida eterna, la inmortalidad. Solo había inmortales cada tanto tiempo, en verdad eran una rareza.

- ¿Cuándo dicen el ganador hablan de toda la raza o solo de el guía de la batalla? ¿Aun hay inmortales? ¿Los dioses siguen concediendo este poder?- Todas esas preguntas confundieron un poco al ángel pero trato de contestarlas en orden, yo me sentí apenada por ser tan insistente pero quería respuestas y el estaba dispuesto a brindármelas.

- No sabría si concederían la vida eterna a toda una raza, habría que esperar a que dicha guerra se lleve a cabo para saberlo, pero si la vida eterna solo es para una persona supongo que la lucha será entre los reyes de las dos razas y que yo sepa solo hay alguien de raza real en este lugar y de esta raza.- Yo. No lo podía creer, era obvio que mi participación ya estaba escrita en la profecía. Yo iba a tener que pelear contra Ald. Eso no era posible. Aunque todas estas dudas me albergaban no detuve lo que me decía el ángel.- Los dioses hace mucho que dejaron de concebir este poder, fue solo al inicio del mundo que ellos bajaban a este plano y lo llenaban todo de vida, hasta hay plantas inmortales, y todas son bellísimas. Todos los inmortales son una especie rarísima, la mayoría cansados de vivir se fueron a las montañas donde los jóvenes van a visitarlos a preguntarles sobre el sentido de la vida, claro que ellos nunca lo van a conocer porque uno sabe cuál es el sentido de la vida justo antes de morir. De hecho tu conoces a uno de ellos. Tu amigo, con el que estabas ayer.- No puede ser ¿Gril? ¿El es inmortal? No podía ser, el me lo hubiera dicho hace mucho tiempo.

- Pero Ald me dijo que todos los de este mundo cuando cumplían una edad específica dejaban de crecer. Haci que todos tenemos inmortalidad ¿No?- Pregunte tratando de crear una explicación buena que me dijera que Gril no podía ser inmortal por ningún motivo.

- Eso es cierto, llega un momento en que dejamos de crecer por muchos años, casi 50 años, pero después de esos años la edad avanza demasiado rápido y cuando menos nos damos cuenta ya estamos con un ala en la tumba. A mí me queda poco tiempo, tengo rasgos jóvenes pero en un año ya estaré usando muletas. La vida se me está escurriendo entre las manos, ya no la puedo detener. Muy pocos tuvieron la oportunidad de ser como Grisel.

¿Grisel? De golpe recordé toda la historia de cómo las razas habían entrado en guerra y en mi cabeza escuche las palabras en eco de lo que hace mucho tiempo nos había contado Gril.

~~El final es que el hermano de Hipólito, Grisel, lo encerró en una caja mágica donde hiba a vivir el resto de sus días en la completa oscuridad. Te interesa, ¿no princesa?~~

No podía creerlo, y todo estuvo siempre bajo mi nariz. Gril-Grisel. ¡Siempre supe que tenía un novio mayor que yo, pero nunca que teníamos diferencias de siglos! Ahora de algún modo me parecía un poco más sexy jajaja. Pero eso significaba que iba a sufrir lo mismo que Bella Swan en la novela de Stephenie Meyer. Y yo que ya estaba cansada de ese temita de muertos vivientes. ¿Qué falta? ¿Qué me digan que Grisel también es un vampiro que odia su condición? No podía ser.
Le di las gracias a ese ángel por haberme llenado de información (cosa que nadie me había hecho nunca) y le prometí que iba a tratar de visitarle a diario porque se veía muy solo. El me dio las gracias por eso, la verdad es que solo los ángeles iban a ese lugar para buscar información (me sentí culpable). Luego de eso me fui corriendo a buscar a Grisel pero lo pensé mejor y regrese a mi habitación, no quería que volviera a pasar lo que sucedió la anterior vez, además ¿Qué me pasaba? Sin darme cuenta me estaba convirtiendo en una de esas novias que todo el tiempo están pendientes de sus novios y que son celosas. Yo no podía ser de ese modo, me parecían horribles las novias controladoras, quizá el me dejara por actuar de este modo. Entre a mi habitación y espere a que Gril se presentara en ella, estaba casi segura de que lo iba a hacer porque ya habíamos casi solucionado lo nuestro. Y tenía razón, a la hora de estar allí dentro el toco a mi puerta. Feliz fui a abrirle rápidamente y cuando el entro cerré la puerta. Nos besamos con cariño pero luego comencé a sentirme insegura. ¿Qué se supone que le iba a decir? Gril se dio cuenta de mi aturdimiento y me sentó en la cama, yo no dije nada ni lo mire.

- ¿Pasa algo malo?- Dijo el lleno de preocupación.