jueves, 5 de agosto de 2010

Los cinco elementos. Septima entrega


Capitulo 13

Desde el día en que toda la base descubrió que Gril y yo salíamos juntos decidimos que era mejor dejarlo en secreto y hacerles creer que nos habíamos separado, pues, los superiores de Gril pensaron que él no se concentraba en el trabajo que tenía que hacer como nuestro profesor y solo se concentraba en mi, ellos también dijeron que si la relación seguía se me haría imposible aprender en las clases de Gril, así que básicamente nos forzaron a romper gracias a la boca de Laura. Además ella se la pasaba todo el día detrás mío pidiéndome disculpas como un perro faldero, ya me estaba desesperando hasta el tope.

Yo en el día no tenía mucho tiempo de pensar en la relación que había durado tan poco tiempo, porque habían extendido nuestras clases de ángeles y por las mañanas nos habían puesto a practicar toda clase de movimientos de combate, en poco tiempo ya sabía los pasos de karate, lucha libre y choques de espada [Aunque no lo hago muy bien segun nuestro nuevo profesor, el dice que aprendí la técnica pero que nunca la desarrolle.]

Algunos días almorzaba con Gril dentro de la base, no podíamos acercarnos y mucho menos tocarnos pero nos mirábamos y trasmitíamos todo lo que sentíamos con nuestro resiente alejamiento. Yo, lo que mas quería era volver a la Tierra con mis padres y pasar un día normal con Gril, Talvez para ver una película o simplemente comprarnos helados. La única comida que había aquí era pasta, pan, ensalada de unas raras vegetaciones de este mundo [Que sabían a tierra] y si tenía suerte atún. A Laura y Elena también se les notaba la aburricion, Laura quería (necesitaba) comprar ropa en nuestro outlet favorito, ella detestaba usar la misma ropa por un largo tiempo y por esta razón se le veía pálida y enfadada, en cambio Elena quería comprar el nuevo cd de su grupo favorito de heavy metal. A todos se nos notaban los nervios, el cansancio y la furia. Por lo menos yo había salido de este sitio una vez, en cambio mis amigas llevaban más de 3 meses viendo los mismos colores y haciendo la misma rutina.

Una tarde como cualquier otra acabábamos de salir del entrenamiento de lucha, yo había mejorado mucho, podía derribar a nuestro profesor de una mano [Contando que era mucho más fuerte que el cuándo me transformaba en ángel por el simple hecho de ser enorme.] (Y si, ya sabía cómo transformarme cuando quisiera.). Me di una ducha y me vestí esperando la próxima clase cuando alguien toco a la puerta. La abrí un poco y me di cuenta que era Gril quien estaba parado del otro lado. Me fije si no había nadie en el pasillo y cuando note que estaba solo metí con rapidez a Gril a mi cuarto. Casi lo hago caer pero él se incorporo rápidamente. Nos besamos como nunca antes habíamos hecho y nos quedamos abrazados durante un tiempo hasta que Gril comenzó a hablar.

- Tengo buenas noticias princesa.- Ya no me decía princesa porque lo fuera, si no por cariño.- Hoy nos iremos a la Tierra, atacaran por primera vez a la raza del sur.- Lo mire a los ojos para saber si decía la verdad y me puse feliz cuando note que estaba serio.

- ¡Por fin!- Solté con un suspiro de alegría y luego riéndome añadí.- No puedo creerlo. Dejare esta cárcel y volveré a ver a mis padres. Creo que es el suceso más feliz que he tenido desde que tú me trajiste aquí.- Yo no aguantaba la emoción y comencé a saltar mientras reía. Al otro lado de mi habitación también escuchaba los gritos salvajes de Elena y las carcajadas de Laura.

- ¿El suceso más feliz que has tenido?- Pregunto el levantando una ceja. Luego se acerco lentamente hacia mí y me abrazo por la cintura apretando nuestros cuerpos. Acercó su cara a la mía y nos besamos apasionadamente, luego el enterró su cara en mi cabello dándome besos en la frente.

- Bueno, corrección, el segundo más feliz, el primero fue cuando me invitaste a cenar, nuestro primer beso.- Nos sonreímos y yo quise que este momento fuera eterno pero comenzó a sonar la alarma de la base, lo que significaba que habían hallado un rastro de los malvados y que ya era hora de partir para nosotros. Gril y yo nos estrechamos por última vez y el salió corriendo de la habitación mientras que yo comenzaba a transformarme y a vestirme para entrar a una lucha en la que si no fuera por el destino [o la mala suerte] no estaría.


Capitulo 14




El viaje nos llevo hasta mi ciudad natal donde habían visto rastro de la raza del sur por última vez, yo sabía que era una misión peligrosa pero no podía dejar de pensar en mis padres buscándome [Me gustaría decirles: Aquí estoy, ya no tengan más pesadillas que ya ha llegado su angelito de la guarda] Pero justo cuando en mis ensoñaciones me estaba alejando del grupo Laura me hizo entrar en razón.

- ¿Qué te pasa? Ya habrá tiempo para que veamos a nuestras familias, pero por ahora concéntrate en lo que vinimos.- Hice caso a lo que decía Laura, ya había esperado meses, no me haría daño esperar unas horas más.

Nuestro líder nos llevo a un cementerio donde según el, se escondía un grupo importante de los malvados. El lugar estaba lleno de ramas por todas partes, ninguna lapida se veía cuidada, la que mas parecía cuidada era una que estaba rota por la mitad y que no iban allí hace 10 años por lo menos. Andamos en silencio total durante un buen rato hasta que comencé a notar que hacia mas frio de lo normal, seguro que ya eran las 11 de la noche o un poco más temprano, el frio crecía de intensidad y empezó a caer una fina nevisca. Justo cuando pensé que nos hiba a tragar el silencio y la oscuridad empezamos a escuchar voces, más bien gritos de celebración, y entre la oscuridad un punto de fuego que pronto se fue incrementando de luz. Nos acercamos para ver mejor la situación y ante mi vista me encontré con humanos, pero eran extraños: Tenían los dedos largos y delgados, eran de cuerpo alto y musculoso y además sus ojos eran enormes, igual de grandes que los de los ángeles, por eso supe que lo habíamos conseguido, habíamos encontrado todo un grupo de malvados en una noche. Nuestro guía se acerco un poco e hizo seña de que rodeáramos el lugar, yo me fui junto a Gril porque me sentía más segura junto a él y sabia que él me agradecía por eso. Luego de un momento a otro cuando mi nerviosismo había llegado al límite, en completa sincronía todos los ángeles se lanzaron a atacar, yo dure un poco en reaccionar y luego corrí a ayudar a Gril, tuve batalla cuerpo a cuerpo con más de cinco malvados y supe que estaban mucho mas entrenados que yo aunque los mate a todos, esto me estaba traumando de por vida por el simple hecho de que estaba en un pantano de sangre. Voltee un momento la mirada y note un malvado escapando y como vi que nuestro grupo de ángeles ya no necesitaba mi ayuda corrí tras él, era joven, no me costaría mucho matarlo pero igual estaba dudando por sus enormes y detallados músculos. Volví a entrar en el centro del cementerio y de pronto me encontré sola, el silencio volvió a regresar al lugar, esta vez con más fuerza y el frio era casi insoportable. Necesitaba salir de allí lo antes posible, así que con mucho cuidado salí corriendo del cementerio pero pronto supe que ese había sido mi gran error, ahora estaba perdida del grupo y de todo. Solo un lugar a donde ir cruzo por mi mente: La casa de mis padres.

Me transforme de nuevo en humana y camine por las calles que conocía hasta que reconocí nuestra adorable casa casi al frente del parque central. Corrí hacia la puerta gritando de felicidad por pensar en el cálido abrazo de mis padres cuando despertaran y se dieran cuenta de que su niña pequeña había regresado. Abrí la puerta de atrás, porque nunca le ponían cerrojo a esa y subí las escaleras con emoción. Cuando llegue al pasillo que mostraba la habitación de mis padres y el estudio me sorprendí al ver que la luz del estudio estaba encendida, despacio me acerque a la habitación y encontré a mi padre mirando el computador a espaldas de la puerta. Yo pretendí asustarlo y con entusiasmo me acerque hacia a él. Quería ver su cara y quería sobre todas las cosas que me hablara y me abrazara. Me pare atrás de él y lo empuje de los hombros para asustarlo, cosa que me hizo reir pero cuando se movió me di cuenta que él no se estaba volteando a mirarme sino que se estaba yendo hacia adelante, di unos pasos atrás aterrorizada cuando el cuerpo de mi padre choco contra el teclado y la mitad de su cabeza caía al suelo rodando hasta mi pie donde le pude ver la cara [Le habían arrancado los ojos y además le habían arrancado la carne de las mejillas.]

- ¡No puede ser!- Susurre mientras que sentía como no podía respirar del terror. Lance un grito profundo que se pudo escuchar por todo el lugar, yo no podía dejar de gritar y pedir ayuda, mi conciencia no entendía que el ya estaba muerto por lo que recogí la cabeza y trate de pegársela otra vez al cuerpo pero lo único que hice fue darme cuenta que lo habían descuartizado de la forma más horripilante de todas. Salí corriendo de la habitación sin dejar de gritar buscando con la mirada a mi madre, la encontré recostada en mi cama con todos los intestinos por fuera y sin los ojos, igual que mi padre. No pude dejar de gritar y llorar, no me di cuenta que fuera de mi casa las personas trataban de derrumbar la puerta para ver que estaba pasando dentro, también habían 10 carros de policías estacionados. Yo no dejaba de gritar del horros justo cuando Gril entro por una ventana con todos los ángeles tras él, todos miraron la escena con los ojos abiertos como platos, (no puede ser) Gril movió los labios formando esa frase. Luego corrió hacia mí y me abrazo con todas sus fuerzas pero yo no podía dejar de gritar de dolor y terror. La mitad de los ángeles le ayudaron a Gril a levantarme (a cargarme a la fuerza) y la otra mitad recogieron los cuerpos y buscaron pistas de quien había hecho eso. Todos nos lanzamos por la ventana de atrás mientras que escuchábamos a los policías ya entrando al lugar. Yo simplemente no podía dejar de gritar. Gril me acuno como a un bebe y justo cuando todos nos íbamos a regresar a nuestro otro mundo me fije en una sombre que estaba en un árbol observándome, jure que nunca olvidaría esos ojos oscuros impenetrables para que la próxima vez lo reconociera y le hiba a hacer pagar por la muerte de mis padres, gota a gota.